Alejandro Mendoza

 

En el 2009 y en el 2012, tuve la oportunidad de ser candidato a la Presidencia Municipal de Chilpancingo. La primera vez como candidato externo del PRD y la segunda ocasión, como candidato ciudadano de unidad de una coalición de partidos de izquierda integrada por el PRD, PC (ahora Movimiento Ciudadano) y PT.

En el 2015 se hizo el esfuerzo de ser candidato en una tercera oportunidad, pero no fue posible, pues las condiciones no fueron propicias. Sin embargo, seguimos trabajando.

La experiencia vivida dentro de la actividad política ha sido de mucho aprendizaje, y puedo destacar la extraordinaria oportunidad de poder ayudar y servir a personas en la medida de nuestra posibilidad.

Hay quienes critican severamente a la política y la descalifican acusándola de ser la principal responsable de la terrible situación que vive nuestro país, estado y ciudad, en todos los sentidos que se pueda hablar.

Y desde luego que hay parte de razón en los severos argumentos descalificativos. En resumen la mayoría de las personas piensa y cree que en la política está la gente más corrupta, mentirosa, vil, egoísta, ambiciosa, insensible y mala.

No son nada gratos los calificativos que el grueso de la sociedad tiene para la mayoría de los hombres y mujeres que se dedican a la vida política, independientemente, del partido político que milite o simpatice.

También es verdad que la mayoría de los ciudadanos no les cree a la mayoría de los políticos. Se tiene la idea que solo utilizan a las personas para sus fines y ambiciones personales.

Así podríamos seguir extendiendo el escenario tan desolador y lleno de descrédito en el que la política se encuentra hoy en día, gracias a las nefastas conductas de algunos políticos al momento de ejercer este noble oficio.

Estoy convencido que la política es el arte de dialogar y llegar a acuerdo en beneficio de la comunidad, sin embargo, la práctica imperante deja en evidencia que el único fin que importa es el enriquecimiento personal, a través de redes de complicidades que priorizan sus intereses y no los de la sociedad.

Se debe tener claridad que no es la política la responsable de los terribles males que padece el pueblo, sino en gran medida es la práctica de algunos políticos, que ante su carencia de moral, ética, valores, principios y conciencia, generan la percepción de que la política es la actividad más sucia, cochina y ruin.

En nuestro país todavía existe un sistema de partidos políticos para la elección de gobernantes y representantes populares. Nuestras leyes establecen que es por medio del voto cómo eligen a cada uno de ellos.

Por eso es importante que los ciudadanos puedan tener pleno conocimiento que en sus manos está la posibilidad de aportar la parte medular para lograr que la política pueda ser dignificada.

Y aunque en la actualidad se cuenta con la figura del candidato independiente, todavía pesan dos terribles males: el desinterés de la sociedad y el sistema de partidos políticos.

A pesar de todo, es necesario, es urgente, que la gente participe, ya sea de manera activa o ejerciendo su derecho de elegir a quien quiere que los represente por medio de su voto. El peor escenario es la indiferencia y la apatía de los ciudadanos, pensando que no hay nada que se pueda hacer porque de nada sirve participar porque ya está todo negociado.

En tal contexto siempre ganará la práctica política corrupta y no el pueblo noble que quiere un mejor escenario de vida.

Los errores fueron míos, los aciertos de Dios, sonría, sonría, y sea feliz

almepa0@yahoo.com.mx