* México, en vilo por Donald Trump

* Mexican Moment: un país unificado

* Todo el continente americano, mudo

 

Jorge VALDEZ REYCEN

 

Donald John Trump, presidente 45 de los Estados Unidos, ha logrado unificar a los mexicanos en estos seis días que lleva al frente de la Casa Blanca, en Washington, D.C.

Su nacionalismo a ultranza que se traduce en racismo, exaltación de odio, aislamiento y una profunda mezquindad ha sembrado en los mexicanos un sentimiento de repulsa y resentimiento nunca antes visto en el México contemporáneo. Es Trump el presidente norteamericano más odiado en tan cortísimo tiempo como mandatario del país más poderoso del orbe.

Y es que Donald Trump con los decretos de construir un muro en la frontera con México y la deportación masiva de “delincuentes y criminales”, pone en riesgo a millones de familias migrantes mexicanas y del resto del continente que cruzaron la frontera en busca del “sueño americano”, como lo hicieron también europeos, asiáticos, africanos en su momento.

Este “mexican moment” es la etapa que por primera vez y de manera espontánea ha logrado reunificar a todos los actores políticos de todos los partidos en torno al presidente Enrique Peña Nieto, en momentos que la popularidad presidencial sufre los estragos por los efectos del llamado “gasolinazo”, apenas puesto en operación el primer minuto de este 2017.

Trump mantiene al resto del Continente Americano en vilo, con sus amenazas cumplidas y con sus bravuconadas de cancelar los fondos para las ciudades “santuario” de inmigrantes, como son Nueva York, Los Ángeles, Chicago, las tres más importantes de toda la Unión Americana.

El ex secretario de Estado Norteamericano, John Kerry, en su última presentación en la Unión Europea, lanzó un pronóstico durísimo, inusual y por demás sobrecogedor: Mencionó que Donald Trump no llegaría a cumplir ni dos años al frente de la Casa Blanca, en Washington.

Y es que la polarización que Trump sabe existe en Estados Unidos no se va a quedar callada ante los arranques de un magnate multimillonario insensible, misógino y extremadamente megalómano y soberbio. Los mismos norteamericanos deberán estar pasmados, paralizados ante los seis días que lleva al frente del poder este tirano en ciernes.

La construcción del muro constituye, de suyo, una declaratoria de guerra. Es muy similar al embargo decretado en los 60’s contra Cuba. Y puede alcanzar a desmoronar el libre comercio que mantenían México, Canadá y EUA.

México podría enfrentar una economía de guerra, fenómeno o escenario inédito en nuestros días. Los economistas deben interpretar que este nuevo escenario inédito en las relaciones bilaterales con el gobierno de Trump van a crear –o ya lo estamos sufriendo— un clima más volátil en lo financiero. Es una tormenta perfecta en todos los sentidos, lo que se debe prever y adelantar en la toma de decisiones al más alto nivel.

En Europa miran con profunda preocupación lo que Donald J. Trump hace con su vecino país. Y no tardará mucho en despertar esa solidaridad mundial para con México. Y consecuentemente la reprobación a las acciones desmesuradas, exageradas y de profundo resentimiento contra inmigrantes en suelo norteamericano.

La soberbia de Trump lo ubica en el umbral muy peligroso de un dictador, que por su investidura pone en un riesgo potencialmente a su propia integridad física. Y eso no es descabellado…

A los mexicanos nos ha llevado a una pesadilla en la calle del infierno. Y a nuestros hermanos que viven allá, los tiene en la zozobra y el miedo. Es la primera semana de Trump en la Casa Blanca y los presagios no son nada tranquilizantes. Malaya la hora de Trump.

Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.