Tropezones por no fijarse
Por Felipe Victoria Zepeda
Para este viernes 16 estarán celebrando la primer posada por muchas partes, ojalá todos hagan un esfuerzo por conservar las tradiciones y volver un poco a aquel pasado mexicano místico religioso, antes que el profano pachanguero de la modernidad.
Claro que cada quien es libre de celebrar como quiera, pero el chiste es que no se pierda ese espíritu antiguo de buscar la armonía y la paz antes que nada; no acabemos de distorsionar las costumbres positivas y cuidémonos de seguir dando pasos equivocados, tropezando con las piedras que otros encontraron en su camino y hasta los hicieron caer.
No hay que olvidar que quienes no conocen su historia están condenados a repetir los mismos errores; el primero es no prestar oídos ni atención a sugerencias y observaciones de buena intención, que bien le servirían a los que ahora están al mando en municipios y el estado.
Pero los que traen el balón, son los que mandan y dicen que más vale no importunarlos, sobre todo cuando esto sucede porque les tergiversan datos y mal informan para alejar a quienes creen que les estorbarían.
Lamentablemente pocos tuvieron oportunidad de que en sus escuelas les enseñaran de veras, aunque sea la historia oficial como ésta la hayan querido contar y después no se la han dado, porque poco tiempo libre les queda para nutrirse de cultura por sí mismos.
¿Cuantos profesionistas conocen ustedes que lean más de un libro al año, del tema que sea?
Muy criticadas han sido fallas de altos funcionarios que denotan no conocer nuestra Historia ni nuestra Geografía, o por ejemplo ¿cuántos respetables diputados locales se sabrán los nombres correctos de todos los municipios guerrerenses y con cuántas y cuales entidades colinda Guerrero?
Para poder detectar similitudes y paralelismos entre el México de la segunda década del Siglo XXI y aquel de finales del Porfiriato y el inicio de la Revolución, es imperativo conocer nuestra historia, antes que nada comenzando por la guerrerense.
Si se le pregunta a estudiantes preparatorianos y universitarios quiénes han sido los últimos ocho o diez gobernadores de Guerrero y de cuando a cuando, encontraremos que no tienen una percepción correcta del estado actual de cosas y a qué se deben.
Se los mencionaré retrospectivamente: Rogelio Ortega Martínez, Ángel Heladio Aguirre Rivero, Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, René Juárez Cisneros, Aguirre Rivero otra vez, Rubén Figueroa Alcocer, José Francisco Ruiz Massieu, Alejandro Cervantes Delgado, Rubén Figueroa Figueroa, Javier Olea, Israel Nogueda Otero.
Si se les cuestiona más a fondo, pocos recordarán quienes no pudieron terminar sus periodos ni por qué; cuando más, eso sí, tendrán en la memoria el ayotzinapazo de Iguala en 2014 y muy pocos aquello de Aguas Blancas, en 1995, hace ya 21 añotes pues.
Si se carece de ese panorama, difícilmente se pueden dar cuenta de algunas aparentes “coincidencias”, si no plenas, muy similares, pero a nivel nacional, poco se han adentrado en lo que sucedía al Ejército Mexicano de Porfirio Díaz con el alzamiento en armas de caudillos regionales que apoyaban las aspiraciones presidenciales de Francisco I. Madero para 1910.
Nuestro México actual está casi dividido en tres: los del norte, los del centro y los sureños, con diferencias regionales e idiosincráticas, y si se va más lejos, hasta de raza; prácticamente no tenemos un genotipo distintivo pues igual es mexicano un tamaulipeco que un yucateco, un sonorense y un campechano, o guerrerenses con veracruzanos, o las etnias por darles ejemplos.
¿Vienen tiempos en que algunas entidades federativas quieran desanexarse de la República para crear otro país nuevo, protegido por potencias extranjeras? En nuestra historia consta el separatismo de chiapanecos y yucatecos, igual que aquella ominosa guerra cristera en el Bajío tras la muerte de Álvaro Obregón en 1928, que transgrediendo la “nueva” Constitución del 1917 se reeligió con la anuencia de Plutarco Elías Calles.
¿Qué pasará ahora que alcaldes y diputados ya se podrán reelegir?, ¿acaso intentarán reformas para que ya haya reelección presidencial aunque no fuera inmediata, o cuando menos cambiar de plan sexenal a decenal?
La guerra fría de zancadillas entre la docena de quienes se sienten candidateables a la Presidencia para 2018, se ha ido sobrecalentando peligrosamente, nadie puede afirmar ni jurar que no se repetirá otro crimen como el de Tijuana, en marzo de 1994.
¿Qué tanto se parecen ahorita las cuestiones políticas a las postrimerías del Porfiriato, cuando latifundistas e inversionistas extranjeros se daban la gran vida mientras campesinos, obreros, mineros y pueblo la pasaban tan mal?
Sucedió lo que era lógico que ocurriera: un gran estallido social. ¿Qué se avizora ahora que las instituciones no son capaces de brindar seguridad pública, justicia pronta, imparcial y honesta; que se perdió el control policiaco sobre la delincuencia y el imperio del narco y la extorsión crecen porque lo único que hay es impunidad?
-¡Tilin, tilín!- Suena la campanita escolar.
-Por fin de vacaciones maestra Pizarrina, para gozar las festividades y posadas.
-Bueno por ustedes pero pésimo por su formación. Les dejo de tarea meterse al Internet buscando síntesis de la historia de la Revolución mexicana; para enero me traen unos trabajitos de por lo menos diez páginas.
-¿Es tarea o castigo teacher?
-Es para que calculen el terreno que estamos pisando chamacos.