La violencia desatada el fin de semana volvió a prender los focos rojos en el estado.— Un comisionado federal en Guerrero no es la solución.— Marco Leyva cerró la frontera con Tixtla, por la matanza registrada
Enrique Vargas
El terrible fin de semana que se vivió en el estado de Guerrero es una muestra de que esas expresiones de violencia están siempre en la posibilidad de presentarse, hasta que se logre disminuir la presencia de los grupos delictivos dominantes en el estado, como es el caso de los Rojos y Ardillos, en la región Centro, y El Tequilero, en la región de la Tierra Caliente, con participación del viejo grupo de La Familia Michoacana, porque los enfrentamientos entre ellos por el control del territorio y de las acciones ilegales que ahí se cometen, dejó la muerte de 26 personas, algunas de ellas asesinadas brutalmente.
El gobernador Héctor Astudillo reconoció que este fue el fin de semana más violento en poco más de un año que lleva al frente del gobierno estatal y aseguró que se hará el mayor esfuerzo posible para frenar y detener al mayor número posible de integrantes de esos grupos delictivos.
Los hechos más fuertes se dieron en Tixtla, donde cerca de una decena de personas fueron asesinadas, algunas desmembradas y metidas en bolsas de plástico, también en Tierra Caliente, donde además de los homicidios se dio el secuestro de un grupo de pobladores de San Jerónimo, municipio de Ajuchitlán del Progreso.
Esos hechos de tanta violencia se atribuyen a la disputa por el trasiego de la amapola, que registra un repunte en la demanda proveniente de Estados Unidos, por lo que esos grupos y otros tratan de alcanzar el mayor control de las zonas de siembra y cosecha de la goma de opio, que muestra precios muy altos en el mercado de los consumidores.
El combate a este problema, señaló el gobernador Astudillo recae principalmente en las fuerzas federales, pero requiere también de la participación de todas las instancias de gobierno, incluidos los municipios, que tienen también una responsabilidad importante en el tema de la seguridad pública, aunque hay que reconocer que la mayoría de los municipios, aún los mayores, están muy limitados en cuanto a la capacidad policiaca y los recursos para hacer frente a estos problemas que alcanzan una dimensión preocupante.
Destaca el gobernador HAF que ahora tiene que reforzarse las acciones contra esos grupos, que desafortunadamente, se manifiestan también en la figura de las policías comunitarias, que en muchos casos no tienen una relación auténtica con el sistema de justicia comunitario, porque muchas cosas se han desviado y pervertido.
UN COMISIONADO FEDERAL EN GUERRERO NO ES LA SOLUCIÓN.— Cada que se presentan estos hechos lamentables de violencia extrema surge la pregunta de que si en el caso de Guerrero “¿no será necesaria la presencia de un comisionado federal que resuelva esta situación?”.
El planteamiento incluso se lo hacen al propio gobernador Astudillo, quien siempre ha insistido en que eso no es necesario, que es una propuesta fuera de lugar, porque no necesariamente representa la solución del problema que se vive.
Esa figura del Comisionado federal surgió en Michoacán, donde la delincuencia organizada y los grupos de “comunitarios” habían alcanzado un nivel grave, como ocurre actualmente en Guerrero.
La diferencia está en que Michoacán tenía en ese momento un gobernador débil, como fue el caso de Fausto Vallejo Figueroa, a quien se le señalaban nexos con la delincuencia organizada, a través de “La Tuta”, con quien se reunía el hijo del gobernador señalado, Rodrigo Vallejo Mora.
El problema era básicamente la falta de energía y fuerza del mandatario para contener la ola violenta y de delincuencia organizada que enfrentaba el estado, lo que hizo necesario el envío de un Comisionado especial de seguridad, Alfredo Castillo Cervantes, quien solucionó la mayor parte del problema que se vivía en esa entidad.
En Guerrero la situación es muy diferente, porque el gobernador Héctor Astudillo Flores tiene el control total del gobierno estatal y no carece de fuerza ni de la energía para hacer frente a un problema tan delicado de inseguridad como el actual, aunque reconoce que el apoyo de las fuerzas federales es fundamental para enfrentar este problema, que debe resolverse poco a poco, con la aplicación de las medidas necesarias.
MARCO LEYVA CERRÓ LA FRONTERA CON TIXTLA, POR LA MATANZA REGISTRADA.— Ante los violentos hechos delincuenciales que se registraron en Tixtla, el presidente municipal capitalino, Marco Antonio Leyva Mena, ordenó cerrar la frontera con ese municipio para evitar que los delincuentes, autores de la terrible matanza y descuartizamiento de 9 personas trataran de huir hacia Chilpancingo.
Los hechos registrados el fin de semana en Tixtla y en otros municipios, que dejaron el asesinato de 26 personas, provocó que se activaran las alertas en los municipios afectados y en los vecinos, además que el gobierno del estado hizo lo propio, porque la situación que se presentó en este fin de semana largo, superó todos los acontecimientos de violencia que se habían dado anteriormente.
En Tixtla poco dijo el alcalde Hossein Nabor Guillén de la violencia que se ha presentado en su municipio y sólo trata de desviar la atención, en el sentido de que no es un hecho común, además de que no tiene posibilidades de enfrentar una situación de esa naturaleza.
Se entiende que en todas partes hay violencia, aunque no se manifieste diariamente, pero es un hecho que como en otros lugares hay una situación latente en Tixtla, que puede estallar en cualquier momento, como ocurrió ahora, aunque el alcalde no conozca realmente el peligroso ambiente que se ha generado en su territorio.
Por otra parte, el primer edil capitalino sigue en la búsqueda de un espacio para utilizarlo como basurero municipal, luego de que Hossein Nabor, de Tixtla, bloqueó la utilización de la celda que se preparó en Matlalapa, para lo que ha sostenido varias reuniones con el presidente de Zumpango, Pablo Higuera Fuentes, también perredista, como el edil tixtleco, pero que siempre ha mostrado una mejor disposición para buscar soluciones entre los municipios vecinos, en lugar de cerrar las posibilidades que se presentan para los servicios de recolección y destino final de las muchas toneladas de basura que se levantan todos los días en estos tres municipios vecinos, que por necesidad deben buscar soluciones conjuntas, en lugar de bloquearse entre ellos, porque esa es la peor salida que se le puede dar a la solución de servicios básicos como ese.
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