Entre temores y rumores…
Por Felipe Victoria Zepeda
Para este miércoles ya sabremos de qué color nos pinta el futuro inmediato a los mexicanos, y sobre todo a Margarita Zavala Gómez del Campo, dependiendo de si gana la señora Hillary Clinton o el magnate Donald Trump.
El joven que deslumbró en el panismo y lo llegaron a considerar candidateable, pronto se cayó del pedestal porque sus cuentas de gastos e ingresos no resultaron justificables; nadie quisiera un presidente tan viajero, porque en Los Pinos se necesita alguien de tiempo completo.
“Margarita va solita”, en el partido blanquiazul claro está, porque el otro que va solito de parte de las izquierdas, les guste o no, resulta ser el tenaz tabasqueño, y los del PRD en desmoronamiento, pronto estarán en amorenamiento.
Así es la política de retos y reptos, pero las serpientes, aunque cambien de piel, siguen siendo iguales, y en el flamante partido no hay muchas caras nuevas pero sí demasiadas rete conocidas; como quien dice ya no hay “genuinos” bajo ningunas siglas, sino genios del trapecio que caen parados.
Los aspirantes tricolores están empantanados.
Agradezco el apunte valioso que Francisco Valencia me hizo sobre la Legalización de la marihuana, basado en el LIBRO “LA COSA NOSTRA EN MÉXICO” de Juan Alberto Cedillo.
Antes mencionaré lo expresado por Gerardo Vázquez H. en relación a la misma obra. Abro comillas:
”Para hacer cualquier intento de legalización a las sustancias tóxicas se debe ir a la historia y aprender de las experiencias que se dieron en el pasado, lo cual nos puede dar luz sobre las medidas que en estos momentos se puedan efectuar”.
“Hubo antecedentes prerrevolucionarios de establecer comercialmente el consumo de marihuana. Concretamente en 1908, el empresario José del Moral defendió la venta de cigarrillos de cáñamo indio importados por la compañía francesa Grimault, pero la policía cerró su fábrica cigarrera”.
“En los años 30, la mariguana está en todas partes: salones de baile, literatura, cine, en la calle, pero pese a su popularidad el gobierno mexicano es sumiso a la política prohibicionista que impone al mundo Estados Unidos en 1937… de manera unilateral y hegemónica”.
Ahora sí, abro comillas para el fragmento del apunte de Francisco Valencia sobre el Libro “La Cosa Nostra en México”:
“Para enfrentar el aumento de las adicciones, el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas se deshizo del modelo policíaco que las combatía y decretó una ‘revolucionaria’ medida para su época: legalizó las drogas en el último año de su mandato”.
“El 17 de febrero de 1940 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el nuevo Reglamento Federal de Toxicomanía, con el cual el Estado pretendía crear un monopolio para la venta de fármacos prohibidos, los cuales serían distribuidos a los adictos a su costo; de esa manera se evitaría que los compraran a los narcotraficantes”.
“En México se autorizó el nuevo reglamento, que permitió a los médicos proporcionar drogas a los adictos, principalmente morfina, a los precios que el Estado mexicano pagaba por ella. El Departamento de Salud también creó dispensarios para atender a los ‘toxicómanos’, a quienes no consideraba delincuentes sino enfermos”.
“El primer dispensario para drogadictos comenzó a operar en la Calle Versalles del centro de la capital; a él acudieron alrededor de 700 personas. Pagaban 20 centavos por la inyección, y entre 10 y 12 pesos por cinco dosis diarias”.
“Los burócratas de Washington (verdadera sede de La Cosa Nostra) gestionaron ante la Oficina Central Permanente del Opio, con sede en Ginebra, Suiza, para que impusiera un embargo de medicamentos a México”.
“Esa dependencia era la única responsable de autorizar a ciertos países la siembra y producción de opio y morfina para fines médicos, productos que el gobierno mexicano compraba, principalmente, en Inglaterra y Holanda, a pesar de que en Sinaloa existía una gran siembra de amapola; no obstante, el país no podía procesar el opio para crear sus propios medicamentos”.
“Harry A. Anslinger informó al gobierno de Lázaro Cárdenas que ‘el embargo sería levantado cuando México aprobara la suspensión del reglamento’. Debido a las presiones de Estados Unidos, el 3 de julio de 1940 el Diario Oficial publicó ‘el Decreto que suspende la vigencia del Reglamento Federal de Toxicomanía’”.
“A partir de entonces regresó el modelo policíaco que perdura hasta nuestros días”. Cierro comillas.
Destaco los esfuerzos del doctor Leopoldo Salazar Viniegra, un respetado investigador médico considerado el Pasteur mexicano, que se desempeñaba como director del Departamento de Salubridad Pública, quien argumentó “que sólo había una manera de frenar el tráfico de narcóticos en México”, creando un monopolio estatal para la venta de fármacos prohibidos a los drogadictos, a precio del costo para sacarlos de la influencia de los narcotraficantes.
Ojalá que tantos altos funcionarios que pretenden legalizar la marihuana y amapola se documentaran mejor para conocer las entrañas del imperio del narco en México; no están inventando nada nuevo, solo sin saberlo tal vez, se les ocurren remedios de antaño que sí funcionaron para frenar la narcoviolencia.
Lo que a todos nos urge es que a la narcoviolencia le pongan freno encerrando a los que delinquen y cesando a los que desde cargos públicos los protegen.