El cochinero
Por Felipe Victoria Zepeda
Calma chicha de fin de semana mientras ocurren los cambios que dijo el gobernador Héctor Astudillo Flores que haría para mejorar el funcionamiento de su administración.
Veremos pues como queda el nuevo balance entre añorvistas y renejuaristas en la administración pública, pero podría modificarse también para los de Luis Walton, Zeferino Torreblanca, Ángel Heladio Aguirre y los pocos de Figueroa Alcocer que se colaron, porque una cosa es el junior con el que tuvo conflictos en el Congreso y otra el todavía guía moral del priísmo guerrerense.
Recio y girito el señor de Huitzuco ante quien se doblan los tricolores, como muchos guerrerenses durante todo el Siglo XX con los miembros de esa dinastía, pero ahora el cachorro Figueroa Smutny acusa síntomas de amarillamiento perredista, porque no lo quisieron candidatear los tricolores para Acapulco y a nadie se le olvidan los pleitazos con Manuel Añorve y con el propio, entonces diputado, Astudillo, que los viernes por la noche en RTG eran publicitados por un programa gay.
En fin que hay que dejarlos que se acomoden como quieran, pero hay algo más inquietante para los mexicanos, sobre todo, y el resto del mundo que estamos al pendiente, y con mucho pendiente, de quién ganará las elecciones en los USA el próximo martes 8 de noviembre: la dura dama Hillary Clinton o el temible Donald Trump.
Con muro y sin muro, si a los USA se les ocurre desatar otra Guerra Mundial, lo primero que aquí se repetirá es la demanda de braceros y la legalización de nuevo de la siembra y cultivo de la marihuana y la amapola.
De todos modos parte de la economía gringa depende del negocio de emplear en condiciones ínfimas a inmigrantes ilegales provenientes de México y el resto de América Latina, que se arriesgan a irse a buscar trabajo allá, porque en sus países no hay oportunidades mejores.
Tal vez ustedes recuerden esa ingeniosa película reciente de “Un día sin Mexicanos”, cuando hipotéticamente los hispanos hacen paro de labores poniendo de cabeza a los norteamericanos. Les recomiendo buscarla en Youtube o con su pirata de dvd’s más cercano.
Pero mientras en este querido país transformado en rehén de las mafias, sigue la corrupción extrema disimulada y la impunidad institucionalizada para altos funcionarios y empresarios; la Cueva de Ali Babá se desmorona y habrá más sorpresas de aquí al 2018, porque no hay todavía un Ábrete Sésamo para la justicia verdadera a través de las leyes y, tantas reformas a sistemas judiciales resultaron deformas para facilitar mayor tolerancia a la delincuencia organizada y ocasional.
Ya no les bastó el pretexto de la defesa de derechos humanos, necesitaban otro diferente para justificar el faraónico dispendio en la construcción de instalaciones, adquisición de equipos electrónicos y cibernéticos para tener juicios orales, como en las películas y teleseries norteamericanas, mientras el pueblo desesperado comienza a tener que optar por hacerse justicia sin ley ante la ineficacia oficial y la corrupción policiaca generalizada.
De tantos personajes que ya se mencionan como posibles candidateables para el 2018, creo que ninguno esté tranquilo, porque nada más las patadas bajo la mesa se oyen, igual que las zancadillas mediáticas para exhibir la inelegibilidad de algunos que no acreditan sus fortunas.
La lucha es canibalesca ahorita contra Ricardo Anaya, el panista gastalón magnate reprobado en su “3 de 3”; antier fue la campaña de desprestigio contra el sonorense Manlio Fabio Beltrones y luego contra el mexiquense Luis Videgaray Caso, por “trumpezarse”, quien quizá le tenga veladora puesta a Donald Trump para que dé un vuelco a favor su vida política y pudiera aspirar por lo menos a la gubernatura del estado donde ya prepara su salida Eruviel Ávila.
Se calcula difícil que dejen irse por la libre a Miguel Ángel Osorio Chong, inmerso en la misión imposible de la seguridad pública nacional, o a José Antonio Meade Kuribreña, en el rescate de la debacle financiera, así que Enrique Peña Nieto bien pudiera tener sus tapados alternativos, mientras el PRD está en desmoronamiento y proceso de amorenamiento, avanzando sin freno Andrés Manuel López Obrador tan campante. A ver si a la tercera es la vencida.
Pero no podemos perder de vista al destino traicionero y sus jugadas: a Carlos Salinas le mataron a sus elegidos alternativos Luis Donaldo Colosio Murrieta y José francisco Ruiz Massieu; parecido cuando a Felipe Calderón le desplomaron a Juan Camilo Mouriño Terrazo y a Francisco Blake Mora. Recordemos que por desgracia la historia trágica suele repetirse, y nadie está exento de imponderables.
¿Cuántos todavía gobernadores o exmandatarios estatales más están en la lista de los escándalos financieros que vienen de aquí al 2018, en lo que se tardan en encontrar o simulan buscar a Javier y César Duarte, a Guillermo Padrés y Roberto Borge?, ¿cuándo comenzará la cacería contra Gabino Cué Monteagudo y Rogelio Salvador Ortega Martínez?
Les queda el consuelo de que tal vez si los detectan en el extranjero haciendo ingeniería financiera, los rescaten como a Humberto Moreira.
Pero las recochinas dudas están en que si acaso en el 2018 gana López Obrador, ¿quién podrá salvar a todos los del selecto club de agasajados que no encontrarán escondite, porque el dinero mal habido siempre deja huellas?