Palemón Díaz

 

El próximo 27 del presente mes cumplirá un año de haber tomado posesión de la gubernatura del estado el Lic. Héctor Astudillo Flores y el balance que se puede hacer de su gestión gubernamental durante este tiempo se considera favorable, ya que en medio de tantos obstáculos que ha tenido que sortear, ha venido atendiendo oportunamente las distintas demandas e inquietudes de la ciudadanía en sus constantes recorridos que realiza por las 7 regiones del estado.

Héctor recibió una administración prácticamente en quiebra y poco transparente, lo que lo ha llevado a aplicar una política de austeridad y de seguir los lineamientos en materia de transparencia que a nivel nacional se está implementando con el objeto de evitar actos de corrupción e impunidad dentro de su gobierno.

El gobernador también ha venido aplicando una política de conciliación con las distintas organizaciones sociales y políticas e incluso, ha sido demasiado tolerante con los grupos extremistas que bloquean carreteras y cometen actos de vandalismo en perjuicio del patrimonio del estado; así mismo Héctor fomenta buenas relaciones con los inversionistas nacionales y locales quienes han anunciado que en los próximo años habrán de hacer millonarias inversiones en complejos turísticos y de otros proyectos medianos y pequeños.

Otro mérito de Astudillo Flores es cumplir con su promesa de campaña de no llevar familiares a la estructura de su gobierno; sin embargo, según los comentarios de algunos observadores muchos de los actuales funcionarios de su gobierno le fueron recomendados a  los cuales podría remover sino le han respondido a la confianza, lealtad y eficiencia en el desarrollo de sus funciones.

Con toda honestidad, el gobernante guerrerense no ha ocultado el grave problema de la inseguridad el cual se viene combatiendo desde los inicios de su gestión con el apoyo decidido del gobierno federal, pero a pesar de esto, el problema persiste y se ha convertido en el principal obstáculo para la paz y el desarrollo socio-económico del estado.

Desafortunadamente, los últimos datos dados a conocer por el INEGI en materia  de seguridad no nos favorecen pues los resultados de la última encuesta trimestral de seguridad urbana, señala que tenemos la mayor sensación de inseguridad en nuestras ciudades, ocupando los 5 primeros lugares; Ecatepec, la zona oriente de la Cd. de México, Coatzacoalcos, Acapulco y Villahermosa.

Dos días después, la Secretaria Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública dio a conocer que el 91 por ciento de los asaltos en carreteras se concentran el Chiapas, Puebla, Tlaxcala, Guerrero y Oaxaca.  El dato más preocupante es que en éstas cinco entidades el robo con violencia tuvo también un incremento, 36 por ciento más que en 2015.  Camiones de carga son las principales víctimas, luego le siguen los automóviles particulares y después los autobuses de pasajeros.

Por otra parte, la administración de Astudillo ha elaborado a tiempo y sometido para la aprobación del Congreso local de Diputados el Plan Estatal de Desarrollo (PED) 2015-2021; el cual contiene la  problemática y posibles soluciones que fueron captadas en las diversas reuniones de trabajo por actividades y regiones en las que participaron distintos grupos sociales.  Este documento habrá de darle vida, de lo contrario corre el riesgo de olvidarse en los archivos como en algunas ocasiones ha sucedido.

Ante los recortes que habrá en el presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo año, el gobernador ha declarado que gestionará mayores recursos para el estado y ha invitado a los diputados federales por Guerrero a dar la batalla en la Cámara de Diputados por este reclamo.  Sería una injusticia que, dada la situación por la que atraviesa el estado, le recortaran recursos porque se habría de interrumpir y retrasar las inversiones en obras de infraestructura física y social que se tienen proyectadas.

“México tiene una gran deuda con la entidad suriana”, dio a entender el ameritado historiador Enrique Krauze al recibir la presea “Sentimientos de la Nación” en la ciudad de Chilpancingo; al señalar en un párrafo de su discurso lo siguiente: “Guerrero es una herida abierta en los sentimientos de nuestra nación. La incuria de los gobiernos condenó a éste estado a una condición que apenas ahora, en el siglo XXI, podemos advertir en todo su dramatismo. En Guerrero se escribe el rastro cruel del abandono: crimen, drogas, pobreza, desnutrición, inmigración, desintegración social, discordia”.

Solucionar estos problemas a los pasos que vamos, tal vez llevará muchas décadas y será un reto permanente para las actuales y futuras generaciones lograr el bienestar para Guerrero.

pale_diaz@yahoo.com.mx