Temas Cotidianos
Por Félix J. López Romero
A dos años de Ayotzinapa
Justamente a dos años de la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, cuyo paradero continúa siendo un misterio; porque existe un alto número de detenidos, pero a nadie se ha responsabilizado de los hechos. Marchas y otros eventos para su localización se llevan a cabo con frecuencia, ni sus luces de quienes se dan por extraviados.
Los continuos actos de presión para encontrarlos, solo aumenta la estadística de los jóvenes; hay quienes participan en marchas y plantones, conociéndose únicamente su ausencia. En diversas poblaciones se exige presentar con vida a los estudiantes, cuyo paradero continúa en el misterio.
En la capital del país miles de estudiantes y quienes no lo son, desfilaron por las calles exigiendo su presentación con vida, lo que no ha sucedido porque se desconozca si viven o realmente fueron sacrificados, como dicen los pandilleros que los ejecutaron.
Realmente se conceden escasas posibilidades de vida entre los estudiantes, porque nadie da el menor indicio de continuar con vida, ya que nadie conoce su paradero ciertamente; por lo tanto deben esperarse mejores noticias, no solamente de marchas y plantones que hasta ahora para nada han servido, porque el caso continúa sin resolverse.
Conocer su paradero
Si en numerosas ocasiones se les ha preguntado, a padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos desde hace justamente hace dos años, contestarán de manera invariable que se les busca en fosas, porque el caso no está cerrado, como tampoco se conoce si fueron sepultados, o cremados, como siempre lo ha sostenido la Procuraduría General de la República (PGR), versión que más se propala y por lo visto la más creíble.
Para Vidulfo Rosales padre de uno de los 43 estudiantes, los que desde siempre se ha dado por muertos y no lo están, por lo que ha recomendado a las autoridades, buscarlos en las numerosas fosas que se han descubierto, teniendo sus esperanzas así pueda ser. Hasta ahora se ha escarbado en diversos lugares, sin que nada indique allí reposen.
El caso de los estudiantes de Ayotzinapa, es conocido en diversos países del mundo; inclusive la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se ha abocado a tratar este asunto en varias de sus sesiones, sin que se tengan buenos resultados en sus pesquisas. A pesar que las evidencias indican los jóvenes fueron sacrificados, en sus familiares hay confianza en su reaparición, aun cuando ésta no tiene forma que así pueda ocurrir.
El ofrecer no empobrece
A partir que los fenómenos de la naturaleza, la tormenta “Manuel” y el huracán “Ingrid” ocasionaron graves tragedias en ciudades y pueblos de la campiña, con saldos trágicos de muertos y heridos, el gobierno federal se comprometió hace tres años a reparar, lo que quedó altamente dañado.
A esa distancia quienes perdieron sus hogares, cosechas, ganado y tantas cosas más, han estado insistiendo en la reparación de los daños, diciéndoles el gobierno federal que en breve serán arreglados los desperfectos; han pasado muchos meses y hasta ahora solo le han hecho parches a lo destruido, siendo por lo anterior que vecinos dañados han recurrido a introducirse a los conjuntos levantados, pretendiendo de tal manera ocupar lo que en justicia es de ellos.
En esta ciudad se levantó el conjunto habitacional “El Mirador”, pero su construcción estuvo tan mal hecha, que se está cayendo en pedazos antes de estrenarlo.
Por lo general lo que construye el gobierno, aparte de ligero está mal hecho por lo cual sus futuros inquilinos se niegan a ocuparlos. Sedatu dijo que las cosas habrán de remediarse, pero en el caso que todos se niegan a ocuparlos, porque sería un atrevimiento hacerlo, con las muchas fallas que se le han detectado.
Nuestra libertad
Es una costumbre generalizada de los pueblos del mundo, celebrar la independencia cuando han logrado la libertad, de naciones que las han tenido sojuzgada. México durante largos tres siglos de opresión, logró su libertad el 16 de Septiembre de 1810, al dar el “grito” de Dolores el cura don Miguel Hidalgo y Costilla, aun cuando esto se materializó el 27 de septiembre de 1821, al entrar a la ciudad de México el Ejército Trigarante, el cual fue recibido por el alcalde señor José Ignacio Armachea, estando presente el último virrey don Juan O’Donojú y miembros el cabildo.
La independencia se dio enseguida del Abrazo de Acatempan, evento que vino aprontar las cosas; el 24 de febrero de 1821 en Iguala se reunieron las fuerzas del Ejército Trigarante, lo que aprontó lo que sucedería. México lograría su independencia siendo en lo sucesivo una nación libre, la que enseguida tendría su propia bandera.