* Francisco Osorio, quien formó parte de la pasada administración municipal, aseguró que en Chilpancingo se vive una emergencia sanitaria por la proliferación de la basura en la vía pública
Fernando Hernández
La administración del ex alcalde priista, Mario Moreno Arcos, dejó el proyecto del basurero intermunicipal con un 95 por ciento de avance, aseguró ayer Francisco Osorio, quien fungió como coordinador del gabinete en el pasado gobierno municipal.
“Nosotros dejamos en un 95 por ciento el sitio, faltaban algunos detalles, un recurso que iba a ejercerse por parte de Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) pero que por un problema del tipo de telecomunicaciones ya no se hizo”, dijo quien también era suplente del presidente municipal del tricolor.
Francisco Osorio, quien ahora lidera la organización ‘Levantemos Chilpancingo’, enfatizó en que en la capital se vive una situación de emergencia sanitaria y de salud pública debido a la proliferación basura tirada en casi todas las calles de la ciudad.
Criticó la estrategia del ayuntamiento de colocar botes de basura en distintos puntos de la ciudad, porque eso generará una mayor proliferación de tiraderos en la vía pública y el problema seguirá siendo donde se arrojarán los residuos sólidos.
En conferencia de prensa en las instalaciones de la Sección 17 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP), el empresario aseguró que en cuatro ocasiones han solicitado audiencia con el alcalde de Chilpancingo, Marco Leyva Mena, pero no les ha dado respuesta a esas solicitudes.
Hace aproximadamente un mes el tiradero a cielo abierto del municipio llegó al límite de su capacidad para recibir residuos sólidos.
De acuerdo con datos de la Dirección de Servicios Públicos municipales, Chilpancingo produce alrededor de 300 toneladas diarias de basura, de las cuales 100 eran recolectadas antes de que la capacidad del tiradero a cielo abierto llegara a su límite.
El tema del manejo de los residuos de Chilpancingo ha generado una confrontación política entre el alcalde perredista de Tixtla, Hossein Nabor Guillén, quien se opone a que se instale el basurero intermunicipal en su municipio.
Mientras tanto, en Chilpancingo la Servicios Públicos del municipio no logra recolectar más de 3 toneladas de basura diariamente, lo que ha generado que se incrementen los sitios en donde los ciudadanos tiran su basura en la vía pública, sobre todo en el primer cuadro de la ciudad.