* El gobernador destacó que los elementos de la Policía Estatal resistieron un ataque de por lo menos 100 civiles armados durante un par de horas en la sierra de Tlacotepec

 

Alondra García

 

Al menos 100 pistoleros con rifles AK-47 y AR-15 perpetraron la emboscada contra los 15 elementos de la Policía Estatal en la sierra de Tlacotepec, aseguró ayer el gobernador Héctor Astudillo Flores.

La tarde de ayer, el mandatario estatal acudió al homenaje póstumo de cuerpo presente que se realizó en la Universidad Policial (Unipol), para despedir a los tres elementos de la Policía del Estado que murieron en la emboscada: el oficial Alejandro Hernández Bautista, el policía tercero Arnulfo Palacios Pascual y el policía acreditable de Operaciones Sabino Casiano Vargas.

Al término del acto solemne, Astudillo Flores ofreció una entrevista a los medios de comunicación en la que informó algunos detalles sobre el tiroteo ocurrido en la sierra de Tlacotepec entre civiles armados y policías estatales.

El gobernador descartó que la emboscada fuera perpetrada por policías comunitarios, versión que trascendió en un primer momento porque en esa zona de la sierra operan grupos de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).

“No tenemos información que haga referencia de que fueron comunitarios. La información que se tiene es que traían armas de alto poder, como cuernos de chivo (AK-47) y AR-15. Las propias patrullas dan evidencia de las descargas sostenidas. Las tres patrullas quedaron inservibles con las descargas de rifles de alto poder. No fueron con un arma cualquiera”, insistió el mandatario.

Explicó que la emboscada contra los uniformados se perpetró alrededor de las 2 de la tarde, cerca de la comunidad de Pueblo Viejo.

“Eran 15 elementos de la Policía Estatal contra aproximadamente 100 personas armadas. (Los policías) resistieron cuatro horas, tres de ellos fallecieron y los demás se esparcieron entre los cerros”, abundó.

De acuerdo con el gobernador, la sobrevivencia de 12 policías estatales se debió a la llegada de refuerzos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), quienes hicieron recorridos por tierra, además de que dos helicópteros sobrevolaron la zona mientras aún se desarrollaba el enfrentamiento.

Uno de los helicópteros que acudió a la zona es propiedad de la Policía Estatal. El segundo fue proporcionado por la Secretaria de Marina Armada (Semar), para transportar a 20 elementos de las Fuerzas Especiales de la Policía del Estado.

“La ayuda de la Secretaría de la Defensa Nacional, que fue por tierra, así como la presencia del helicóptero que nos proporcionó la Marina, fueron elementos que ayudaron a que (el ataque armado) bajara la intensidad. El ánimo (de los pistoleros) era de matarlos a todos”, consideró el mandatario guerrerense.

Comentó que ambos helicópteros “fueron recibidos a balazos” y que el de la Policía Estatal “tiene un impacto de rifle de alto poder”.

Astudillo Flores refirió que los helicópteros recibieron los impactos de bala mientras sobrevolaban la zona, ya que ninguno pudo descender debido a la alta nubosidad que había en esa zona de la sierra.

“Ni el helicóptero de la Marina ni el helicóptero del gobierno del estado pudieron bajar porque había una gran cantidad de nubes, pero se oía el ruido (de sus hélices) y yo creo que en algún momento fueron visibles (a los pistoleros). No estamos hablando de armas sencillas, estamos hablando de armas de alto poder”, explicó.

Los cuerpos de los tres policías que murieron en la emboscada, así como los 12 policías sobrevivientes, entre ellos dos heridos, permanecieron en la zona hasta durante varias horas, donde fueron apoyados por personal médico de la Secretaría de la Defensa Nacional.

De acuerdo con el gobernador, los cadáveres y los sobrevivientes fueron trasladados con resguardo del Ejército a Tecpan de Galeana, a donde llegaron alrededor de la una de la madrugada.

“A esa hora fueron atendidos de manera urgente y provisional en el Centro de Salud y después los trasladaron a Acapulco, donde ya están siendo atendidos. Tres policías fallecieron (durante el enfrentamiento), uno está muy delicado con una bala en la cabeza y el otro en un brazo, pero no le representa peligro en su vida”, detalló.

El mandatario también se refirió a una versión surgida sobre este hecho por voz de los propios comisarios de la zona, quienes relataron a algunos medios que los policías estatales, acompañados por un grupo de pistoleros, fueron quienes emboscaron a los pobladores de la zona y que estos se vieron forzados a defenderse.

“Yo escuché (esa versión). Me pareció algo verdaderamente inaceptable el escuchar que iba delante (de los policías) un grupo armado o que iban por carros robados. La Policía Estatal no se dedica a recuperar carros robados”, refutó.

Astudillo Flores advirtió que “han empezado a correr una serie de descalificaciones” contra los policías que fueron emboscados, pero “creo que hay unas versiones que son inverosímiles, como el hecho de decir que la Policía Estatal iba con un grupo armado. Me parece que la policía cumplía con su responsabilidad en la zona”, insistió.

Antes, en una entrevista otorgada por la mañana, el gobernador insistió en que se trató de una emboscada y advirtió que “inicia una serie de descalificaciones a las cuales hay que tenerles mucha atención, pero también mucho cuidado”.

También aclaró que, a pesar la emboscada, la Policía Estatal se mantendrá en esa parte de la sierra con el apoyo de la Sedena: “La Policía del Estado ha sido muy consistente, muy esforzada, muy entregada, no puede dejar de hacer su trabajo y va a continuar haciéndolo”, dijo.

Por el momento, indicó que no se ha identificado al grupo criminal que perpetró la emboscada, pero confirmó que “también hubo bajas civiles”.

Al término de la ceremonia, el gobernador informó que se trasladaría a la Ciudad de México para participar en una reunión del gabinete de seguridad nacional, la cual estaba convocada a las cinco de la tarde.

Adelantó que en la reunión aprovecharía para solicitarle al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, la permanencia de la Policía Federal en Guerrero, ya que los grupos asignados a Iguala y Taxco se retiraron para contener el conflicto magisterial en Oaxaca.