* Monseñor Salvador Rangel pidió al magisterio disidente cumplir su obligación de dar clases desde el inicio del ciclo escolar
* Sugirió al magisterio disidente buscar maneras diferentes para manifestarse en defensa de “sus prestaciones y logros sindicales
Alondra García
El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, pidió al magisterio disidente cumplir con su obligación de dar clases desde el comienzo del nuevo ciclo escolar.
Este lunes inicia el año lectivo 2016-2017, por lo que más de un millón 130 mil alumnos, así como 71 mil trabajadores del sector educativo tendrían que incorporarse a labores en los más de 13 mil centros escolares de todos los niveles que hay en el estado.
Sin embargo, la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) anunció que no regresará a las aulas porque el gobierno federal no ha derogado la Reforma Educativa y el gobierno de Guerrero no ha cancelado definitivamente los descuentos salariales y los ceses laborales.
En conferencia de prensa, monseñor Rangel Mendoza pidió a los maestros regresar a las aulas para cumplir con su obligación de dar clases, y sugirió a la CETEG buscar maneras diferentes para manifestarse en defensa de “sus prestaciones y logros sindicales”, de tal manera que la sociedad se sume y “coadyuve” con los maestros en la mejora de sus condiciones laborales y “la defensa del ejercicio de su vocación”.
“Las luchas sindicales y gremiales deben encontrar caminos mucho más creativos y propositivos. Dejar a niños sin clases es un gran contrasentido”, aseguró el prelado.
Expuso que, con sus protestas y paros laborales, los maestros están violando dos derechos fundamentales: la educación y el libre tránsito.
“Los maestros tienen derecho a manifestarse y a defender sus prestaciones y conquistas sindicales, pero el derecho de uno termina donde empieza el de otro y con esos bloqueos que hacen se están quebrantando dos derechos fundamentales, el de la educación y el de libre tránsito”, expuso.
Rangel Mendoza señaló que es obligación de los católicos defender el derecho de los niños a la educación. Sin embargo, dijo, esto se debe lograr a través de la concientización y no con el uso desmedido e “imprudente” de la fuerza pública.
“No queremos que pase en Guerrero lo que ocurrió en Nochixtlán”, Oaxaca, aclaró. “Estamos en un Estado de Derecho, no en un estado anárquico. Nosotros como Iglesia apoyamos el Estado de Derecho y no la anarquía”.
En este contexto, Rangel Mendoza puso “en manos de la santísima madre de Guadalupe y de nuestros santos mártires guerrerenses este nuevo ciclo escolar”.
Además llamó a los maestros, padres de familia, medios de comunicación, gobiernos, medios de comunicación y sociedad civil a hacer una alianza para “educar en hacer a las personas mejores personas” y “educar para una mejor sociedad”.
Depurar policías, militares y políticos
El obispo Salvador Rangel Mendoza fue cuestionado por los medios de comunicación sobre la infiltración de la delincuencia organizada en la Policía Ministerial, situación que recientemente fue reconocida por el fiscal general Xavier Olea Peláez.
“Me da miedo que haya policías que tengan alguna relación con esos grupos de la delincuencia. Es necesario que quienes gobiernan hagan una depuración en militares, policía estatal, federal y hasta de algunos políticos”, expresó el prelado.
Aseguró que en Guerrero son más quienes quieren y abogan por la paz.
Sin embargo, reconoció que existe desconfianza en las autoridades debido a la infiltración de la delincuencia.