¿Retorno escolar boicoteado?

 

Felipe Victoria

 

Sabido siempre que los del gremio magisterial no desperdician sus días de vacaciones en marchas, protestas, bloqueos o vandalizaciones, pero en cuanto se reinicia el calendario escolar están más puestos que un calcetín para los desmanes; todo menos que estar en las aulas impartiendo enseñanza a los alumnos.

Por lo que hace a Guerrero, nos extraña que en apariencia son tan solo tres líderes principales los que llevan la batuta (Ramos, Botello y Añorve), y aunque tuvieran documentadas cuentas pendientes con la justicia, no se atreven a proceder contra estos alegando su misteriosa “prudencia política” que huele a contubernio en el jugoso reparto de dádivas para que los alzados se pongan tantito en paz.

¿José Luis González de la Vega Otero puede con el paquete y se justifica su permanencia al frente de la SEG, o es un compromiso político con Zeferino Torreblanca haberlo puesto de nuevo en ese pequeño trono?

Ni para qué criticar si estamos viendo las torpezas y reculamientos chimoltrufiescos de Aurelio Nuño Mayer; con razón Emilio Chuayffet Chemor pintó su raya a tiempo. Lo grave es que nos ponen en llamas cuatro estados del sur mexicano, pero no sea que vayan a poner al tal Alfredo Castillo como verdugo de los teachers maestros y profesoras.

Les comparto fragmentos de lo que en su columna ‘Número Cero’ nos obsequia JOSÉ BUENDÍA HEGEWISCH en el gran Excélsior:

“Explosivo regreso a clases”

“El regreso a clases es campo minado por amenazas e incertidumbres, cuando sería rutina institucional, o a lo más, un evento cívico que revalida cada año el derecho a la educación. El simple contraste muestra cierta forma de ruptura del orden y cotidianidad por el amago de la CNTE a impedir el ciclo escolar. De ese camino cavado de artificios explosivos contra la Reforma Educativa preocupa que el conflicto magisterial comienza a permear en la sociedad y confrontar a maestros, padres, empresarios y sindicato. La polarización es un tobogán peligroso”.

“La incapacidad para conjurar el conflicto por la vía de la negociación política hace que desborde en el cuerpo social, en el que maestros y padres de familia son figuras centrales. El riesgo de que traspase el ámbito del debate público y el espacio de diálogo de las instituciones, es evidente en casos como Nochixtlán. A dos meses del enfrentamiento entre maestros y policías en Oaxaca, siguen sin conocerse los responsables de los hechos que dejaron ocho muertos, pero en cambio revela que el conflicto se incrusta en el tejido social e intensifica la polarización”.

“La discordia civil no sólo es producto de la anarquía, sino también de la confrontación entre grupos sociales politizados, como demuestran las demandas de la CNTE en su rebeldía contra la Reforma Educativa. Tanto como la creciente presión de los empresarios a favor de resolver el conflicto de la forma que sea, al mismo tiempo que vigila al gobierno para acotar la negociación dentro del marco de la ley que introduce la propia Reforma Educativa”.

“La salida se aprecia lejana a medida que el conflicto se periclita y las posiciones se polarizan. La CNTE escala en posiciones de fuerza que le dan frutos como la excarcelación de dirigentes o retiro de sanciones a maestros faltistas, mientras apela al diálogo; en tanto, el gobierno parece haber sacrificado sus piezas en la negociación y señala la puerta del Congreso a la exigencia de abrogar la reforma. Hay que recordar que la Reforma Educativa alcanzó el mayor consenso del Pacto por México, hoy cuestionado por cúpula y subordinación al Ejecutivo. ¿Cuántos de los votos de los partidos que la aprobaron hoy dudan de pagar los costos de implementarla si aspiran a ser gobierno?”

“El nuevo desafío de la CNTE y el riesgo de que el paro derive en violencia en la calle o escuelas, denotan vacíos de autoridad en los estados, donde puede afectar a cuatro millones de niños, y también del federal en su conducción del diálogo. Y aunque el magisterio desestima abrir la puerta del Congreso por el apoyo mayoritario a la reforma, también es cierto que cada día hay menos consensos sobre la manera de resolver el conflicto. Incluso las fallas y deficiencias de la reforma han servido para justificar críticas y reclamos para su revisión”.

“Por supuesto que el consenso no suprime la violencia, incluso puede alentarla cuando se percibe como imposición. Sin embargo, el mayor riesgo hoy en la calle es que en el gobierno y los partidos no tienen consensos sobre la manera de salir del conflicto y todos temen pagar los costos de las decisiones”.

Hasta aquí la nota de José Buendía Hegewisch.

Los cientos de miles o millones de afectados y agraviados por el conflicto magisterial, más laboral que de índole académica, nos preguntamos hasta cuando las autoridades federal y estatales se animarán a ejercer cabalmente sus funciones, aplicando la energía legal para poner quietos a los insurrectos.

Mostrar miedo a los operativos de guerrilla urbana del magisterio ha sido el peor error, como cabecear o correr ante mosquitos peligrosos en vez de librarse de ellos con un certero manotazo, o aplastar cucarachas.