* El gobernador hizo una convocatoria a la unidad de los guerrerenses, porque ésta “significa más libertad, más progreso, más trabajo”, y advirtió que no hay “confrontaciones perpetuas”
* Aseguró que como gobernador debe actuar con “prudencia” y por eso la ceremonia oficial no se realizó en Tixtla, sino en Casa Guerrero
Salvador Bello
El gobierno del estado celebró el 234 aniversario del natalicio de Vicente Guerrero Saldaña en la Sala de la República de Casa Guerrero, donde el gobernador Héctor Astudillo Flores informó que no realizaron este evento en Tixtla, tierra natal del generalísimo, como se acostumbra desde hace muchos años, por “prudencia” ante la advertencia hecha por organizaciones sociales de que sabotearían la celebración oficial.
En entrevista al concluir el evento, el gobernador explicó que “tomé la decisión de no ir a Tixtla, la tierra de mi padre y de Vicente Guerrero, nuestro máximo héroe, porque el gobernador debe de tomar decisiones, entre las que debe asumirse como un hombre prudente”.
Dijo que no podían dejar de hacer una ceremonia para recordar al consumador de nuestra independencia, por lo que decidió cambiarla a Casa Guerrero, donde se hizo un evento “sencillo pero lleno de emoción patriótica para recordar a Vicente Guerrero. Desde aquí mi saludo fraterno al pueblo de Tixtla”, precisó.
Aseguró que como gobernador trata de entender y comprender la raíz de esta protesta de los padres de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala en septiembre de 2014, pues recordó que tiene historia con ella, ha sido solidario con esta expresión y que como lo dijo en su discurso “al final de cuentas todos queremos que prevalezca la justicia”.
Antes, durante su discurso, Astudillo Flores recordó a Vicente Guerrero y su historia, celebró el 234 aniversario de su natalicio con emoción y respeto a su figura, expresó que honra con su nombre a esta entidad federativa y aseguró que es deber de los guerrerenses honrar su nombre “conquistando el bienestar y la justicia para ser verdaderamente libres de la desigualdad y la pobreza”.
Consideró que la única razón que explica el recordarlo, es “el mantenernos en su línea de combate, el civismo es el valor máximo de los pueblos cuando practicamos la pedagogía del ejemplo por servir, de la conducta sin torceduras, de la entrega sin pausas”.
Consideró que Guerrero habrá de salir “de su complejidad cuando juntos todos, pueblo y gobierno, se unan para vencer a los enemigos de ahora que atentan contra la paz social y la tranquilidad de los surianos”, y puso como ejemplo el abrazo en Acatempan, entre Guerrero e Iturbide, para entender que los intereses colectivos son mayores a los de cualquier grupo o partido.
“Es necesario que las tropas que comandó el consumador el 27 de septiembre de 1821 y que cruzaron los arcos triunfales de la Ciudad de México, junto con sus antiguos adversarios para consumar la independencia; ahora, como lo hace el presidente de la República Enrique Peña Nieto, vuelvan con más apoyos al sur, para seguir apoyando a una sociedad que ha entregado mucho a la formación de la patria”, dijo.
Apuntó que el abrazo de Acatempan muestra que “nunca hay guerras permanentes ni confrontaciones perpetuas, y que los adversarios de ayer, pueden ser los aliados de hoy”, y garantizó que “la unidad significa más libertad, más progreso, más trabajo; mientras que la confrontación siempre traerá desgaste, atraso y desaprovechamiento de las ideas”.
“Somos muchos más en Guerrero los que seguimos creyendo que la solución a nuestros problemas está en sumarnos y no en dividirnos. Su servidor está empeñado en que, con respeto, con determinación y una permanente convocatoria a la unidad, salgamos adelante. Ni la violencia ni la pobreza deben ser pretextos para detenernos”, precisó.