¿La pudrición en desinfección?…
Por Felipe Victoria Zepeda
A querer o no, el gobernador Héctor Astudillo dio luz verde para comenzar una batida contra delincuentes impunes que fueron tolerados en administraciones anteriores, entre ellos el prestamista Alonso Piedra en Acapulco. Ojalá que siga la necesaria purga.
Quiero aprovechar fragmentos de lo que Miguel Ángel Mata Mata, presidente del Club de Periodistas que agrupa a centenares de comunicadores guerrerenses, subió a las redes ayer:
“La numeraria mortal da escalofríos al contar los homicidios de alto impacto ocurridos durante la estancia de diez años de gobiernos perredistas en Guerrero”.
“Murieron a balazos Amado Ramírez y otros quince periodistas. Fueron ejecutados el diputado panista Jorge Bajos y otra veintena de políticos. Le metieron dos tiros en la cabeza a Armando Chavarría Barrera, quien se perfilaba como candidato a gobernador por el PRD”.
“Fue ejecutado Julio Carlos López, subdirector de la policía judicial en Guerrero y quien había sido coordinador operativo de la Agencia Federal de Investigaciones. Normalistas de Ayotzinapa fueron muertos a tiros y desparecidos en dos instantes: tres en Chilpancingo y luego 43 en Iguala. Y así por el estilo”.
“Por aquellos tiempos llegaron a Guerrero grupos criminales del norte del país. Fue común encontrar convoyes con civiles armados en plena costera Miguel Alemán. Lo que pasó en esos diez años del terror es mayormente espeluznante que la ficción relatada en cualquier novela negra”.
“Las noticias se sucedieron de una a otra. Cogieron a uno. Luego a otro. En el argot del submundo del narco se decía que cada día caían los pesados. Así fue. Detuvieron a quien apodaban ‘El Deivi’, reyezuelo de los suburbios de Acapulco. Como respuesta llegó la amenaza: ‘libera a mi comandante o incendio la plaza’, le enviaron el mensaje al gobernador”.
“La respuesta fue la del Estado que tiene el monopolio de la violencia para proteger a los más de los menos. Hubo otra detención. Un señor que dice llamarse Juan Carlos Rodríguez, y quien aparentemente es jefe del ‘Deivi’, fue cogido por las fuerzas del orden. Luego un empresario que se dice es jefe de ambos”.
“Ambrosio Soto Duarte llegó a la presidencia municipal de Ciudad Altamirano, Guerrero, ciudad conocida por los guerrerenses como Pungarabato. Denunció amenazas de un grupo delictivo. Dijo que le matarían. A la par invitó a algunos de los presidentes municipales de la región de la Tierra Caliente a entrevistarse con un reyezuelo de la zona, llamado ‘el Pez’. ‘Pactemos’, dicen los alcaldes que les ofreció Soto”.
“‘Bocho’ Soto, como se le conoce desde que pertenecía al PRI, ha tenido muchos medios. Desde que se difundió la versión de que uno de los grupos delictivos le ayudó a ganar la presidencia municipal. Dicen que le pidieron tres millones mensuales para ayudarle a gobernar. No pudo pagar. Le amenazaron. Buscó al grupo rival de aquellos. Dicen que pactó y…”
“Luego viajó a la ciudad de origen de quienes le amenazaron, Huetamo, en el vecino estado de Michoacán. Regresaba a Guerrero casi a la media noche por una de las carreteras federales más peligrosas del país y cuyo control principesco está a cargo de quienes le amenazaron. El resto de la historia es conocida”.
“Tener ‘mala leche’ puede indicar que alguien actúa de mala fe, que ataca con agresividad gratuita. El origen de la expresión se remonta a la antigua creencia de que la leche con que se amamantaba influía en el carácter”.
“En el contexto de las detenciones de operadores de grupos criminales en Guerrero son mala leche quienes en publicaciones dolosas olvidaron por ejemplo, que Ximena Bernal Vargas no se apellida Reséndiz. Pequeño detalle que en el apellido de la madre lleva una connotación impresionante. Ella si tiene madre a diferencia de los “mala leche”.
“Con la detención del empresario que se dice es jefe de los otros dos capturados, los mismos ‘mala leche’ ya encontraron afinidades con personajes que integran la estructura del gobierno de Guerrero, pero ocultan que ese mismo empresario es socio empresarial y pariente en línea directa de famosísimo ex presidente municipal perredista de Acapulco”.
“Y los funcionarios ‘mala leche’ a quienes pidieron prudencia y no acudir al concierto que ofreció el cantante Juan Gabriel en Acapulco. Se supone que ahí habría algunas detenciones. El fiscal Xavier Olea, el subsecretario de Turismo, Noé Peralta, y la delegada de la Secretaría de la Mujer en Acapulco se pasaron por el arco del triunfo la instrucción”.
“Las detenciones en el lugar se pospusieron. De haber ocurrido ahí hoy estarían recordando la melodía del Divo de Juárez: ¿Pero qué necesidad…?”
Para leerse dos veces lo publicado por Miguel Ángel Mata, con un valor significativo porque ahorita ejercer la libertad de expresión en Acapulco se puso muy peligroso y ni se puede hablar en voz alta en los mentideros políticos llamados cafeterías, porque ya no se sabe quiénes no estén metidos en tratos con tantas mañas.
La misma administración pública estatal y las municipales están infestadas de individuos involucrados con las mafias, lo que obligará a una profunda revisión de todo el personal en ambos niveles. Ni el gobernador Astudillo ni los alcaldes pueden trabajar tranquilos si están rodeados de pudrición.