* “Que se toquen el corazón y no se metan con gente inocente”, dijo Salvador Rangel, encargado de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa
* Pidió al alcalde Marco Leyva garantizar la seguridad de los habitantes de la capital y rechazó que empresarios se armen para hacer frente a la delincuencia
Redacción
“El dolor que siembran” en la sociedad los criminales “no es justo”, dijo el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, quien pidió a los grupos de la delincuencia organizada que se “toquen el corazón, tengan clemencia y no se metan con gente inocente”.
En declaraciones hechas a Notymás, el jerarca católico pidió además al alcalde Marco Antonio Leyva Mena que enfoque su trabajo para garantizar la tranquilidad de los habitantes de la capital, en lugar de estar de acuerdo en que la sociedad se arme porque generaría más violencia.
Sobre el aumento de los homicidios en Chilpancingo en las semanas recientes, Rangel Mendoza consideró que “el dolor que siembran” los criminales “no es justo”, por lo que pidió “que no hagan daño a terceros a gente inocente, que respeten la vida, que amen, que piensen que ellos tienen familia, esposas, padres”, dijo.
Enseguida el obispo hizo “un llamado a que se tienten el corazón, que no perjudiquen, que tengan clemencia. Si la sociedad no se está metiendo con ellos, que ellos no se metan con la sociedad”.
Lamentó que esté muriendo gente inocente a causa de la violencia, al referirse al caso del niño que perdió la vida la semana pasada al ser alcanzado por una bala perdida durante una balacera registrada en la colonia Los Ángeles de esta ciudad.
Dijo que si los criminales se arrepienten, Dios los perdonará, porque “la iglesia no está para juzgar, sino para ofrecer misericordia. Claro que Dios los perdona”.
Pidió a alcalde Leyva Mena que enfoque su trabajo en garantizar la seguridad en Chilpancingo, porque los ciudadanos “queremos paz, queremos tranquilidad”.
Aseguró que las autoridades saben quiénes son y dónde están los delincuentes en Chilpancingo; está bien “detectada” la delincuencia y es a los que se “deben ver, a los que se deben de visitar” para lograr la disminución de la violencia.
El obispo expresó su desacuerdo con el hecho de que los ciudadanos se armen para enfrentar a los delincuentes, como han expresado empresarios en Acapulco y Chilpancingo, porque eso generaría más muertes, y reiteró que la única manera para hacerle frente a la violencia es que la sociedad levante la voz y exija a las autoridades que garanticen la seguridad.
Nadie puede hacer justicia por propia mano, aseguró el obispo Rangel Mendoza, quien precisó que “si una persona porta un arma, tiene 100 veces la posibilidad de caer en el error” de asesinar a otra persona, “por el temperamento, la calentura o lo que sea. No estoy de acuerdo que se arme la población. Las armas las tienen que utilizar las personas que tienen esa misión de proteger, como la policía (…), pero no los civiles, porque esto va a provocar más violencia y más muertes”.
Por eso consideró que “tenemos que hacer una presión social ante el gobierno, tenemos que empoderar a la sociedad. Tenemos que levantar la voz y no hacer justicia por nosotros mismos, imagínense en Acapulco u otra ciudad donde 400 están armados ¿qué va a suceder ahí? Violencia contra violencia no nos va a llevar a nada bueno”, aseguró.
Al insistirle que los empresarios pretenden armarse porque las autoridades no cumplen con su obligación de garantizar la seguridad de los ciudadanos, el jerarca católico dijo que “debemos de insistir, vivimos en un ambiente de corrupción, no nos queda otra cosa como sociedad volver a levantar el grito y sobre todo los empresarios volver hacerse oír”. (Con información de Notymás)