Alondra García
El director del Instituto Estatal de Cancerología de Guerrero, Víctor Hugo Garzón Barrientos, propuso que a los heridos en hechos de narcotráfico y delincuencia organizada se les considere “víctimas con derecho humanitario de guerra”, para que se les atienda en hospitales militares.
Garzón Barrientos presentó una ponencia en la Mesa de Trabajo de Derechos Humanos realizada ayer en el auditorio del DIF, en la que advirtió la necesidad de salvaguardar la integridad de los heridos conforme a la Ley General de Víctimas.
En su ponencia, el médico destacó que la violencia humana y la violencia relacionada con las drogas se han vuelto graves en el país. También señaló que las políticas de mano dura y militarización implementadas por los gobiernos se convirtieron en una “fuente de desestabilización” que únicamente contribuyó en incrementar la violencia.
“La zona conocida como Triángulo del Norte Centroamericano (TNC) es considerada hoy como una de las áreas más violentas del mundo, debido a sus altas tasas homicidas. A pesar de no ser un conflicto armado tradicional, no se considera en estado de violencia epidémica con niveles especialmente intensos. Aún sin considerar el número de muertes violentas que permanecen sin reportar, desde el 2005 el número total de homicidios supera los 150 mil, con una tasa superior a los 42 homicidios por día”, reportó Garzón.
A este escenario de alta violencia, sumó problemáticas como el alto índice de pobreza, inequidad, desempleo, desigualdad, mayores expectativas de consumo, falta de oportunidades, movilidad social, migraciones y desplazamientos poblacionales forzados, crecimiento rápido y desordenado, transformación de la comunidad y del núcleo familiar, auto confinamiento, abandonó de espacios públicos, sistemas de espacios públicos que no ofrecen protección y, en el caso de atención a los heridos por armas de fuego, la incapacidad institucional del sistema de salud para lograr la garantía de no repetición del acto victimario, la cual está contemplada en la Ley General de Víctimas.
En este punto, insistió en que las instituciones de salud no pueden garantizar la integridad de los pacientes que fueron víctimas de hechos violentos ni la integridad del personal médico.
Por este motivo, Garzón Barrientos propuso que se incluya en la agenda estatal la modificación de la ley o las propuestas de leyes primarias y secundarias a la Ley General de Víctimas, para lo cual presentó dos alternativas.
La primera fue la generación de leyes y políticas públicas que consideren a los heridos de arma de fuego y otras situaciones de violencia como víctimas de violencia de guerra.
Al obtener dicha denominación, los heridos serían atendidos en instituciones militares u hospitales de los cuerpos de seguridad del estado.
Una segunda propuesta fue la creación de una Unidad Hospitalaria de Trauma, con una unidad para víctimas de situaciones de violencia “con todas las garantías de seguridad para la atención de estos pacientes, que permitan la salvaguarda de la int gritad del personal y de los pacientes”
El director del Instituto Estatal de Cancerología de Guerrero justificó su propuesta en el término Otras Situaciones de Violencia (OSV) que utiliza el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Este término hace referencia a desórdenes civiles, disturbios, represión, violencia post-electoral y violencia de pandillas.
“Es una forma de violencia organizada, altamente desestructurada, que incluye una variedad de situaciones similares a un conflicto de guerra y que con frecuencia resultan más brutales para la población civil que muchas guerras clásicas”, explicó Garzón Barrientos sobre las OSV. Las características encajan a la perfección con la situación de violencia que se vive en Guerrero a causa de la confrontación entre grupos del crimen organizado.
Recordó que “el Derecho Internacional Humanitario o Derecho de Guerra es un complemento de la ética médica en tiempo de conflicto armado y otras situaciones de violencia”.
La propuesta fue respaldada por Leoncio Molina Mercado, juez de primera instancia del ramo penal.
“En nuestros hospitales nos hace falta una atención adecuada para atender a aquellas personas que son víctimas de violencia”, reflexionó en su participación durante la ronda de comentarios.
Explicó que cuando un detenido es hospitalizado, lleva protección de la policía para que no se sustraiga de la acción de la justicia.
Sin embargo, no existe este resguardo policiaco cuando el hospitalizado es una víctima de la violencia para “evitar que el victimario consume el hecho”.
“A las víctimas se les debe resguardar desde el momento en que son victimizadas. La Ley General de Atención a Víctimas establece medidas precautorias para el aseguramiento de la víctima”, sentenció.
La tercer comisionada de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas (CEAV), María Elena Jaimes Martínez también respaldó la propuesta.
“Hay muchas otras situaciones, como víctimas de desplazamientos internos en las comunidades. A mí me parece que es muy interesante la propuesta”, comentó.
Por su parte, el presidente de la Comisión de los Derechos Humanos (Codehum), Ramón Navarrete Magdaleno, consideró que la propuesta presentada por el doctor Víctor Hugo Garzón Barrientos garantizaría la no repetición del hecho de violencia.
Salustio García, secretario técnico de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso local, consideró importante la propuesta de construir una Unidad Hospitalaria de Trauma para Atención a Víctimas.
“Esto es importante, actualmente llegan al hospital general todas las personas que son víctimas de violencia, quienes llegan heridos, a veces resguardados por la policía para que no puedan sustraer a las víctimas del hospital”, comentó.
Apenas el sábado 11 de junio, el joven Juan Carlos Anguiano fue atacado a balazos afuera del bar “La Pajarita”, cerca de la zona de hospitales.
Según reportaron algunos testigos, el joven, aún con vida, fue llevado al Hospital Sur Corporativo, a unos metros de donde ocurrió el ataque, pero le negaron la atención. Por este motivo, fue trasladado al Hospital General, donde perdió la vida debido a la gravedad de sus heridas.