La mañana ayer, elementos de la Policía Estatal encontraron justo frente a la entrada a la Universidad Policiaca “UNIPOL” (antes INFOCAP), ubicada al norte de esta capital, una granada de fragmentación que no explotó o de lo contrario hubiera provocado serias afectaciones o hasta pérdidas humanas que lamentar.

Presumen las autoridades que el artefacto fue arrojado en el transcurso de la madrugada, pero que no se dieron cuenta de quiénes la arrojaron justo en la entrada principal a dicha institución policiaca.

Revelaron fuentes policiacas que a eso de las 08:00 horas, vieron que en la entrada a la universidad policial, ubicada sobre el bulevar “Vicente Guerrero”,  en los carriles de norte a sur, cerca de la gasolinera Chilpancingo, que estaba la granada.

El lugar fue resguardado por las propias autoridades del Estado, en lo que llegaron elementos del Ejecito Mexicano expertos en desactivar explosivos quienes recogieron la granada, desconociéndose si era un ataque dirigido a los policías que resguardan la entrada.

También quedó la duda si el artefacto no funcionaría y sólo la tiraron para intimidar a los policías; todo fue manejado por las autoridades con mucho hermetismo, y lo positivo del asunto es que las cosas no pasaron a mayores.

Cabe mencionar que este hecho se suma al hallazgo de otra granada y al intento de secuestro de un elemento de la policía estatal, ambos casos que han sucedido en las inmediaciones de la entrada a la UNIPOL,  a pesar de que continuamente se encuentran elementos policíacos en el lugar.

Lo anterior evidencia lo fácil que es para el crimen equiparse con este tipo de artefactos y atacar a las corporaciones policiacas que en las últimas semanas han denunciado que no tienen las condiciones necesarias para hacer frente a los delincuentes dado las pésimas condiciones en que está su equipo de trabajo.

Apenas hace dos días, en una narcomanta el grupo criminal denominado “Los Rojos”, anunció su regreso a la disputa por “la plaza” de Chilpancingo, y amenazaron a la Policía Estatal por matar en Tixtla a dos de sus sicarios. (Con información de API)