SADYHEL ASTUDILLO

 

Esta colaboración está dedicada a todos los lectores, porque no importa a que se dediquen actualmente, es un hecho que en alguna etapa de su vida fueron o serán estudiantes.

También aprovecho el espacio, para felicitar con todo respeto al Sr. Gobernador Héctor Astudillo por apoyar, motivar y estimular la juventud del estado, con programas y acciones concretas, como fue hace unos días la entrega de becas, ya que, es la juventud —específicamente los estudiantes escolares—, los que mejor deben de aprovechar este tipo de apoyos e incentivos durante esa breve etapa de su vida. Cabe agregar que esta noticia fue la que motivo a elegir el tema para la colaboración de esta semana.

Es pues también, durante estas fechas de clausura e inicio de clases cuando más promoción se les hace a las becas en universidades. Hace unos días salió la publicidad donde un banco por medio de donativos lograba becar a varios jóvenes para que culminaran sus estudios, uno de esos anuncios es realmente interesante.

En el póster se puede apreciar a un joven saltando de alegría con su toga de egresado; sin embargo, en la cabeza se hace notar la ausencia del birrete por medio de una línea punteada; también en la mano, unas líneas punteadas forman un cuadro —quizá la ausencia de un libro—. En las esquinas de la publicidad están un par de manos (dando a entender que son de los donadores) una lleva el birrete y la otra a una tablet… ¿Una tablet para un estudiante? Pues al parecer, estos tiempos lo “exigen”.

En lo personal, llevo un par de años que dejé de asistir a clases o a una institución como tal, desde mis inicios en el kínder hasta mi última materia de la universidad, nunca utilice una tablet —obviamente también, porque estas comenzaron a invadir las tiendas hace poco más de cinco años—; si mal no recuerdo, ya a mediados de la carrera utilicé una computadora portátil. Pero, puedo jactarme de que tanto yo, como ustedes amables lectores, conocemos a más de una persona que apenas salió de la universidad sin la necesidad de una tablet y actualmente, es una persona funcional y trabajadora dentro de la sociedad. Entonces ¿Es realmente necesario que los jóvenes y niños actuales lleven a sus escuelas celulares, laptops o tablets? Quizá suene arcaico pero, a mi parecer no es necesario.

Si bien los celulares y las tablets conectadas a internet nos ahorran muchísimo tiempo y esfuerzo para encontrar lo que buscamos —tristemente es más fácil encontrar tonterías o información inútil—, sin embargo ahí se quedó el asunto, como una pregunta y su respuesta directa.

El estudiante sabrá que significa, pero es poco probable que en esa misma búsqueda el estudiante busque también, ejemplos, aplicaciones, temas relacionados, informaron extra, etc. En otras palabras, el chico aprenderá a pescar, pero no sabrá qué hacer con el pescado, a menos claro que se ponga a investigar más; pero eso es poco probable, ya que parece que la tendencia actual en las escuelas es: estudio, paso el examen y me olvido de todo; al fin y al cabo tengo toda la información en el celular, no es necesaria en la cabeza.

Por el contrario, hace años, en las escuelas, cuando al estudiante le dejaban investigar un tema que no estuviera dentro de sus libros escolares, él tenía varias opciones para conseguirla. En caso de que la primera opción tampoco conociera la información pasaba a la siguiente, hasta inevitablemente llegar a la cuarta:

-Preguntarle al hermano mayor.

-Preguntar a los padres.

-Buscar en los libros que tiene en casa.

-Acudir a la biblioteca más cercana.

Preguntar a personas con más experiencia que uno y buscar entre varios libros la respuesta que no nos deja en paz, es una experiencia que todos los estudiantes deberían de vivir por lo menos una vez.

Al platicar con nuestros mayores, al leer un libro “demás” estamos cultivándonos. En primera instancia estamos leyendo, siempre será bueno para nuestro cerebro; en segundo lugar, no leemos “paja” obtendremos información útil de ese libro, y en tercero, conocemos más acerca del tema que estamos leyendo.

Por otra parte con las pláticas, aprendemos, conocemos experiencia y comenzamos a formar lazos de amistad. En ningún momento se deberían de cambiar estas experiencias por la simple y llana acción de “googlear” algo. Todo ese “romance” de preguntar, leer, preocuparse y emocionarse al saber se ha perdido.

Si bien, quizá estas ideas estén un poco apresuradas ya que, las generaciones que están creciendo hoy en día son las que llevan a todas partes su celular o tablet, pero ellos gozan del beneficio de la duda.

Ya dentro de unos años que se vuelvan profesionistas, nos daremos cuenta cuál de los métodos es el más fructífero; porque si algo es un hecho, es que el más actual es el de navegar por internet. Pero no por ello dejemos de leer, como ya se mencionó, estos siempre será benéfico para nosotros.

 

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