SADYHEL ASTUDILLO
La tecnología está avanzando rápidamente y nos está dejando atrás. Cada vez que algún invento o mejora que se le hace a los aparatos con los que interactuamos diariamente, causa especulación y sorpresa por parte de los futuros usuarios y esto —por muy contemporáneo que suene— no es algo que únicamente ocurra hoy en día. Desde años, décadas atrás, el ser humano se ha estado superando a sí mismo en cada aspecto que le es posible; para este caso, nos referiremos a los avances tecnológicos.
Anteriormente la comunicación a distancia era únicamente por medio de cartas, notas escritas, literalmente, a mano. Las cuales se entregaban a correos para que ellos lo hicieran llegar al destinatario (por fortuna ese “romántico” método de comunicación aún está vigente en nuestros días).
Años después llego el FAX, pero este se limitó a empresas, oficinas y a personas con el capital para solventarse el tener uno, pero la revolución llegó con el teléfono alámbrico, todos querían el suyo y maravillarse al escucharse con una persona en tiempo real; no importaba la espera, porque en aquel entonces primero se comunicaba con una “estación” donde un trabajador enlazaba tu llamada con la persona que te querías comunicar, aun con ello era sorprendente.
Poco después, con la ayuda de la LADA se omitió este paso, todos satisfechos con este medio de comunicación hasta que, posterior del año 2 mil y la llegada de un internet de velocidad “tolerable” la comunicación se volvió directa, económica y, o sorpresa a cualquier parte del mundo ¡con todo y video incluido! De ahí en adelante, estos avances siguen sorprendiéndonos. Video-llamadas grupales, envió de archivos por medio de mensajes, video conferencias, etc.
Así como mencioné este ejemplo del teléfono, podemos leer o recordar –para los que tenemos edad suficiente- como han ido evolucionando cada uno de los aparatos tecnológicos que nos rodean. La televisión (que hoy en día son pantallas), los teléfonos portátiles (antes beepers y hoy computadores de bolsillo), las radios, los estéreos, e incluso la línea blanca, los refrigeradores con pantallas, con clima regulable, que nos dan hielo, etc.
Uno de los más sorprendentes y quizá más actuales son las lavadoras con conexión inalámbrica, así es, ya no será necesario estar en casa para lavar tu ropa; si no tienes tiempo, simplemente la metes a la lavadora y sales a tomar el transporte público y, en el camino, desde tu celular podrás configurar los ciclos de lavados y secado para que, cuando regreses a casa, la ropa ya esté lista para plancharse y usarse. Esto nos demuestra que por muy adelantado que veamos nuestro alrededor, solo vemos la punta del iceberg, aún queda mucho por desenterrar y mejorar.
Pero, todas estas mejoras y avances tan sorprendentes que se han hecho ¿Cuál es su finalidad? La simple y llana, comodidad, además del ahorro de tiempo.
Actualmente se tiene la intención de tener todos y cada uno de los sistemas eléctricos de casa conectados en línea ¿Para qué? Pues como el ejemplo de la lavadora, para tener todo contralado aun sin estar presentes, siguiendo con ese ejemplo, al regresar no solo encontraremos nuestra ropa limpia, podría estar ya caliente la comida, nuestro refrigerador tendría una lista de qué es lo que está por caducarse o agotarse, la televisión nos esperaría con nuestro programa favorito puesto, etc. Si salimos de vacaciones y olvidamos apagar (en este caso sería suspender) algún equipo, desde cualquier parte del mundo que estemos, podremos hacerlo y monitorear que todo siga bien en casa.
Como podemos darnos cuenta, aún falta muchos por ver, crear y experimentar, la tecnología simplemente cada vez se aleja más y más de lo que conocemos, creemos entender y, se va acercando –peligrosamente- a la fantasía y la ficción.
Si hoy en día nos preocupa que no sepamos manejar bien nuestros equipos celulares o nuestras computadoras; mañana no tendremos ni la menor idea de cómo vivir rodeados de aparatos inteligentes que podrán hacer todo más rápido que uno.
Y todo esto ¿Genera cambios positivos en la sociedad? A primera instancia diremos que sí, nos evita gastar mucho tiempo en tareas sencillas, las cuales comenzaremos a resolver con un simple comando desde nuestro celular, pero, tristemente, en el caso particular de México, esto es contraproducente.
¿Cuántos de nosotros preferimos leer un libro en el camión en lugar de revisar nuestro Facebook en el celular? ¿Cuántos prefieren mandar mensajes de voz en lugar de escribir explicaciones? ¿Cuántos prefieren utilizar emojis, abreviaturas o siglas en ingles en lugar de escribir la palabra completa?
Estamos peligrosamente alejándonos de la redacción y la lectura, nos volveremos seres funcionales tecnológicamente, pero obsoletos en la parte “gráfica y manual”.
Debemos de asegurarnos de que nosotros y los niños con los que convivimos no se vuelvan dependientes de la tecnología y se vuelvan incluso más habilidosos sin ella, porque prácticamente hasta un niño puede manejar un “smarthphone” de manera correcta, pero que tal ¿Redactar una carta de manera correcta? Hagamos lo posible para mantener nuestros conocimientos y habilidades siempre frescos, ya que, siempre nos serán útiles, evitemos llegar a un futuro donde no importen los errores orográficos y verbales.
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