Chilpancingo, con nueva relevancia en Guerrero

 

Miguel Ángel Hernández

 

Chilpancingo es la capital política e histórica del estado de Guerrero, es la ciudad de la plaza de armas del estado y donde están asentados los tres poderes que son la gobernanza, la justicia y la legislación de la entidad suriana; centro neurálgico de la esencia política de Guerrero.

Actualmente habrá actores políticos que le regateen la esencia de su importancia y digan que Acapulco es la caja de resonancia de todo lo que pasa en Guerrero, hay razón, pero ante la circunstancia actual y el hecho de estar gobernado por un partido opositor a quien representa el poder político estatal, se hace necesario reforzar la importancia de Chilpancingo como capital estatal.

En el adelanto y acelere de los tiempos electorales ha provocado de manera directa e indirecta una serie de inusuales y frecuentes protestas de toda índole, protestas y movimientos casuísticos dirigidos más al alcalde chilpancingueño que a la entidad edilicia como tal, esto con el fin de afectar la imagen de Marco Leyva y porque no decirlo tratar de bajar alguna posible aspiración del alcalde (él cual no ha hecho público algún paso a seguir) y de paso evitar por la libre la posibilidad de una reelección o aspiración superior.

Los reclamos históricos de servicios como lo sería el agua, servicios públicos, regularización de asentamientos territoriales urbanos, si bien no son recientes, lo que sí es notorio y poco reconocido es el trabajo que al respecto de cada uno de esos rubros ha realizado Marco Leyva.

El proceso de búsqueda y generación de nuevas fuentes de abasto de agua van por buen camino, gracias a las gestiones realizadas, además que la recuperación y mantenimiento de espacios públicos se ha dado de manera permanente.

El estilo y la forma de hacer política de Leyva Mena mediante el diálogo y concertación ha sido confundido y mal interpretado por aquellos que han abusado de la malquerencia e insidia política, quienes al no obtener una respuesta de confrontación han quedado en evidencia, abusando de aquellos ciudadanos de buena fe que acuden a sus protestas y terminan reconociendo que mucho de lo que reclaman es algo que se viene arrastrando de manera institucional, y cuya respuesta y solución en ocasiones esta fuera de la esfera de competencia municipal.

Aunado a eso, Marco Leyva Mena nada contracorriente entre el “fuego amigo” y las malquerencias políticas de aquellos que se quedaron en el camino y opositores de diferentes filias políticas; esto no sería nada extraordinario, si no estuvieran adelantados los tiempos electorales previos al 2018.

Si se hace un balance objetivo de lo realizado por la actual administración municipal bajo la dirección de Marco Leyva Mena, éste será favorable en todos los sentidos, sobre todo en lo relativo a la gobernanza (una correcta administración pública) y la gobernabilidad política y social (los acuerdos, el diálogo y el consenso); lo demás es parte de la llamada “grilla” normal de aquellos que buscan trascender a costa de buscar el descrédito de quien (es) consideran adversarios o, peor aún, superior en las cosas de la política.

¿Nombres? (al gusto). Al final de cuentas la lista es larga y los cargos político-electorales son cada vez menos ante la abrumadora mayoría y sumatoria de quienes serán tomados en cuenta.

Solo hay que recordar que Marco en su calidad de ex presidente estatal del CDE del PRI en Guerrero, es ya una corriente política emergente consolidada y con estructuras regionales, y si no, ¡al tiempo!