El amor más inmenso
Por Chanssonier
No hay amor más inmenso y sublime que el de la madre; puede pasar días de sinsabores pero jamás deja desprotegidos a sus seres queridos. Cuando son bebés lo arrulla con cantos que parecen venir del mismo cielo; conforme los vástagos van creciendo les prodiga los mismos cuidados y mimos, como cuando lo trajo a este mundo.
Por eso cualquier homenaje que se le rinda es bien merecido, por sus muchos desvelos y cuidados para formar una familia. En México desde el año de 1923 se viene celebrando el Día de la Madre; fue el director del periódico Excélsior, señor Rafael Alducin, el primero en alentarla; conforme los años fueron pasando la fecha alcanzó una dimensión nacional, porque en toda la geografía mexicana se celebra de distintas maneras.
El comercio no ha desaprovechado esa ocasión, para ofertar sus productos; las floristas no han pasado por alto la ocasión, poniendo a disposición de la clientela frescas y perfumadas rosas, así como otras variedades. Los restaurantes se llenan de clientela para agasaje a la reina de la casa.
Era un niño cuando participé en un festejo con motivo del Día de la Madre; en la escuela desde un día antes, se nos sugirió asistir a un festival porque al término de él, habríamos de entregarle sus respectivos regalos a nuestras madres. Desde entonces hasta ahora han pasado muchos años; si en el pasado poníamos en sus manos nuestros modestos regalos, en la actualidad como es mi caso, lo haga en una tumba del panteón, en donde reposa desde hace muchos años. No hay vez que la visite que hoy mis ya cansados ojos, derramen discretamente lágrimas conformándome que cada día que pasa me acerco a ella, para seguirla amando porque fue para mí todo en la vida, junto con la familia que Dios me concedió tener.
Maravillosa televisión
En el año de 19256 el escocés John L. Baird, sorprendió al mundo al dar a conocer su novedoso invento denominado televisión, en blanco y negro; este mismo hombre de ciencia sorprendería nuevamente, al inventar en 1944 la cromática o de color.
Sus inventos rápidamente invadieron los mercados del mundo, porque no había necesidad de abandonar el hogar, para saber lo que ocurría en diversos lugares de la tierra. S la televisión solo podía transmitir desde sus estudios, el 12 de mayo de 1937 ganó la calle para transmitir la coronación del rey Jorge VI, de Inglaterra, así como el desfile que se organizó por tan trascendental motivo.
La televisión llegó a México hasta el año de 1950, instalando sus estudios en el edificio de la Lotería Nacional, siendo sus impulsores el señor Emilio Azcárraga Vidaurreta, licenciado Miguel Alemán Velasco y el ingeniero González Camarena.
En esta ciudad la televisión llegó hasta 1954, instalándose una antena repetidora en las faldas del Cerrito Rico, contando con el apoyo del gobernador del estado, ingeniero Dario L. Arrieta Mateos; al poco el señor Elías Naime Nemer introdujo a la ciudad, la televisión por cable la cual tuvo una vida efímera.