* La violencia es generalizada en todo el país, aseguran Armando Hernández y Enoc Leaño, quienes se presentarán en obra de teatro el próximo mes

 

Josefina Aguilar

 

Los medios de comunicación, principalmente las televisoras nacionales, son las encargadas de dar al resto del país una imagen distorsionada de lo que es el estado de Guerrero, al dar a conocer solo información negativa, coincidieron en afirmar los actores Armando Hernández y Enoc Leaño.

Durante la conferencia de prensa ofrecida este lunes en el vestíbulo del auditorio “Sentimientos de la Nación”, en la que dieron a conocer la puesta en escena de la obra de teatro “A la Deriva –uno se acostumbra a todo, menos a no comer-”, que se presentará el próximo sábado 4 de junio, en ese espacio, ambos actores hablaron de la percepción que en el centro del país se tiene del estado de Guerrero, debido a los medios de comunicación.

Enoc Leaño admitió que no se puede tapar el sol con un dedo y de todos es sabida la situación de violencia que enfrenta el estado, aunque también dijo que no es privativa de esta entidad, porque se encuentra generalizada en todo el país. Añadió que en Baja California Sur, de donde es originario, hasta hace cuatro años vivían en paz, pero algo se trastocó y ahora tienen este mismo problema.

Consideró que por su experiencia de vida, está convencido que la única arma trasformadora de la sociedad es el arte, el bien entendido, porque es un instrumento transformador de la sociedad, “yo lo he visto como se ha transformado la mirada de ciertas gentes con quienes he trabajado”, señaló.

Y pareciera que se trata de un esfuerzo minúsculo, o que la repercusión es muy pequeña, pero si se quiere generar una tormenta, primero se tiene que dejar caer una piedra en el mar, y quizá hay quien piense por ejemplo que esta puesta en escena, es un esfuerzo sin trascendencia, sin embargo, recalcó el actor, está cifrado en algo muy particular: partir del arte como un elemento transformador.

Recalcó que hoy más que nunca el país necesita de la suma de todos, “porque elementos para restar, para deprimirnos sobran, pero creo que como mexicanos que somos todos, amamos este país, yo no pienso largarme de este país nunca, yo lo amo y lo que pueda hacer, lo que sé hacer, lo que sabemos hacer los que estamos en esta mesa, esta pequeña trinchera modesta, vamos a intentar incidir y sumarnos a esta invitación de paz para Guerrero”.

Por su parte, originario y habitante de la Ciudad de México, Armando Hernández, reconoció que la información que llega de Guerrero a través de los medios de comunicación, las televisoras, principalmente, “es lo más feo”, y eso crea ciertos prejuicios en la ciudadanía de decir que no vayan a esos lugares, porque está muy peligroso, porque la violencia es extrema.

Sin embargo, dijo que al llegar a nuestro estado se da cuenta que la realidad no es así, porque la gente es amable y el recibimiento cálido, por lo que se sumó a la convocatoria de sumar esfuerzos a través de proyectos de arte, de fomentar la cultura porque es la base de cualquier sociedad, la educación, y es como se combate también la violencia “o lo que se nos dice también a través de los medios”.

Dijo que como actores “tenemos la cercanía con la gente, porque  tenemos la oportunidad de intercambiar, de montar un espacio con un fin, estamos contando y de alguna manera burlándonos de lo que está pasando afuera, pero diciéndole a la gente vamos mejorar, vamos a hacer algo diferente, vamos a cambiar la situación que nos han planteado la televisión o nuestro entorno, pero sin dejar el compromiso que tenemos no nada más como actores, también formamos parte de un país y tenemos que salir adelante”.

La obra de teatro “A la Deriva –uno se acostumbra a todo, menos a no comer-”, corresponde al subgénero de la farsa, una historia compleja, el mensaje, las lecturas son diversas, el montaje tiene el propósito de no dirigirse a un solo sector, sino exponer distintos escenarios, y a partir de ellos, cada espectador tendrá un punto de vista propio, explicó el director Enoc Leaño.

La historia fue escrita en los años 60, en Polonia, es una autocrítica desde muchos puntos de vista, como se comporta el individuo en sociedad, incluso en momentos lectorales, y como como seres humanos, se llegan a sacrificar por los amigos, es una autorreflexión, una crítica hacia la misma sociedad, refirió el actor. (Notymás)