Favor de no recular…
Por Felipe Victoria Zepeda
El senador Armando Ríos Piter desistió de su empeño en candidatearse; su instinto “felino” de conservación y quienes lo aconsejan le sugirieron no meterse en el berenjenal que ya estaba convertido Guerrero, donde se avizoraba una guerra no solo entre mafias y grupos delincuenciales impunes, sino el recrudecimiento de la insurgencia magisterial y sus tácticas de guerrilla urbana en alianza con los grupos armados de disque autodefensa.
El alucinado PRD embelesado con el poder que consiguió con dos externos sucesivos, estaba enfangado en contubernios oscuros, donde los directivos gerenciales de ese partido vendían alcaldías a personeros financiados por el narco, como ocurrió en Iguala y quien sabe en qué otros municipios más.
Tan fue así que Andrés Manuel López Obrador descalificó a Ríos Piter, pero no puso ahí a su estimado cuate el médico Lázaro Mazón y lo destapó prematuramente como candidato por su flamante MORENA.
Así de sucia andaba ya la zahúrda que hasta el dirigente Carlos Navarrete tuvo que dejar la cúpula perredista, aunque los misóginos amarillos no tolerarían que una mujer los encabezara nacionalmente y llamaron a un externo, que igual ya marcó su eventual retirada.
Beatriz Mojica Morga no digiere su fracaso electoral ante el PRI y Héctor Astudillo, sus desasesores le mal aconsejan rijosidades en el twitter y no dejar atrás sus resentimientos contra Luis Walton Aburto y el partido Movimiento Ciudadano, que con sus votos le hubiera posibilitado un posible casi empate, pero nunca el triunfo porque a los perredistas ya se les teme y desconfía en el poder.
Ríos Piter midió el futuro y le recomendaron regresarse al todavía DF, para luchar no por dirigir el PRD, sino a prepararse a contender por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México para el 2018.
Mejor estar lejos mientras el plan con maña de boicotear las elecciones para imponer de candidato independiente al rector de la UAGro y la torpe permanencia del interino, que como sea consiguió al medio año quedar de sustituto, terminaban con lo poco de gobernabilidad que hubiera quedado después de octubre del 2014, esfumando los recursos financieros restantes, maroma que oportunamente hizo pública Héctor Apreza Patrón, pero corresponde al contralor Mario Ramos del Carmen acreditar.
Claro que ese panorama no le interesó al senador Ríos Piter, en edad de poder esperar a que alguien haga la faena titánica de pacificar la entidad.
Se sabía que el PRI vendría con todo para recuperar su eterno feudo guerrerense, pero en Acapulco no pudo, por causas que pronto se conocerán si se diera una estrepitosa caída.
Sin embargo, el tricolor tiene un As bajo la manga, bajo las siglas del aliado verde ecologista: el empresario de seguridad privada Jacko Badillo, justo el especialista que el antes alegre puerto requiere en estos aciagos tiempos de incertidumbre y temor.
Héctor Astudillo le entró al reto aunque la entidad ya no era la misma que en 2005 cuando lo intentó por vez primera, ahora se tiene que fajar muy duro sin dar paso atrás, después de que su administración ya marcó la pauta del cambio hacia la cero impunidad.
Extrañamente mientras se encontraba lejos en el Tianguis Turístico de Guadalajara, Jalisco, ocurrió la noche del domingo 24 de abril el sainete entre policías federales y miembros de la torpe Gendarmería persiguiendo y tiroteando a sus compañeros por la Costera, como canes que desconocen su rabo y lo persiguen echando tarascadas.
¿Quiénes y por qué manipularon en las redes el escándalo mediático provocando consecuencias?
Pero faltaba otra zancadilla provocadora el jueves 28, sitiando Chilpancingo con transportistas y acarreados comandados por un líder amapolero de la Sierra, intransigente en sus exigencias, quien sabe si concebidas bajo el influjo de hierbitas verdes.
Astudillo en Guadalajara, Jalisco, el secretario General de Gobierno demostró por qué ocupa ese cargo y cubrió bien las espaldas del gobernador. Florencio Salazar Adame con su sapiencia y experiencia; acató los protocolos hasta el momento en que hubo que dar la orden de actuar conforme a las leyes desalojando a los bloqueadores con la fuerza pública.
Quienes planean un “aguablancazo III” con otra masacre donde mueran manifestantes del pueblo a manos de policías para mecerle la cuna a Héctor Astudillo, se quedaron con las ganas.
No ocurrió lo que en la gasolinera de la autopista en diciembre de 2011 y menos alguna infamia como en el ayotzinapazo de Iguala en septiembre de 2014, aunque la hermana del líder sierreño amapolero vociferaba por cien supuestos desaparecidos, de los que unos setenta estaban detenidos y fueron consignados a disposición de juez penal por diversos delitos cometidos.
Todo a pesar de que los manifestantes bloqueadores dispararon contra policías hiriéndolos, pero los agentes de la ley no cayeron en el garlito e hicieron lo adecuado sin cometer excesos punibles.
Como quien dice, las primeras dos grandes zancadillas contra la administración de Héctor Astudillo fueron superadas.
Ahora ya saben cetegistas y normalistas a lo que le van tirando si comienzan con sus jaladas de tomar casetas de peaje, atacar vías de comunicación o cometer vandalismo en zonas urbanas disque protestando por la reforma educativa federal.
La gente pacífica está harta de tolerancia al vandalismo y movilizaciones que afectan derechos de terceros, exige a los gobiernos que apliquen las leyes. ¡Nada más!