SADYHEL ASTUDILLO

 

Aprovecho este espacio que se me brinda para –de manera anticipada-, enviar una cariñosa, afectuosa y respetuosa felicitación a todas las madres en su día. Sigan siendo las personas dignas de admiración y respeto que han logrado ser. Esta felicitación va con especial dedicatoria para mi madre, María de la Luz Ramírez; muchas gracias por todo má.

 

Estoy seguro que la mayoría de ustedes estimados lectores tienen por lo menos una cuenta activa en alguna página de internet que pueda ser clasificada como “red social”; de no ser así, me imagino que con cierta frecuencia visitan la página de Youtube.

Independientemente de que la visiten con fines de entretenimiento o educativos, esta página y las demás redes, nos despliegan que es lo más visto y lo más comentado (penosamente por lo regular son videos de burla o modas banales) y en el extremo caso de que no visiten ninguna de estas, o rara vez accedan a internet, es un hecho que: o escuchan la radio, ven las noticias por televisión o tienen la aplicación de WhatsApp en su celular. A lo que quiero llegar es a que, no importa que tan ermitaños seamos, o que tan alejados estemos de la tecnología y de los nuevos medios de comunicación; las noticias y “tendencias” siempre encontraran la manera de llagar a nuestros oídos o/y ojos.

Basándonos en lo anterior, cuando se menciona a las “ladys”, ya sea memes o 100 pesos, estamos seguros que todos sabemos de quienes estamos hablando.

Sobre el primer caso, la chica del billete de 100 pesos. Este tipo de sucesos demuestra el poder que tiene el internet para, literalmente, en cuestión de minutos volver a una persona –digamos de bajo perfil- popular y reconocible pero, lamentablemente la forma en la que se gana esa atención y “fama” es al ser grabada sin su consentimiento y en el peor de sus momentos.

Claro también es válido señalar que si esta persona se hubiese ahorrado el escándalo que causó en vía pública, ahora su video no sería popular. Lo mismo ocurre con las anteriores mujeres cuyos videos se han diseminado y vuelto populares para ganarse también el sobrenombre de “ladys”.

Situaciones como esta sacan a relucir algunos aspectos negativos que tenemos en general los seres humanos, pero quizá, en particular los mexicanos. En primera, el gusto morboso por el sufrimiento y la pena ajena; si bien cualquiera que no estuviera en el lugar de las “ladys” y fuera un mero testigo, lo único que generaría en el seria rico o pena ajena, pero hasta ahí quedaría. Pero ahora todos tenemos en nuestros bolsillo computadores portátiles conectadas a internet –teléfonos inteligente- y pues, nada nos cuesta tomar un video y compartirlo con los amigos, total es solo el chite de la desgracia ajena.

Aquí entra el segundo aspecto, la facilidad con la que segregamos información y contenidos basura en lugar de mandar noticias, avances tecnológicos o cualquier información útil y evitar el volver viral algo que ni remotamente merece la atención que generó. No cuesta nada ser discreto y respetuoso del sufrimiento ajeno.

Ahora, todo lo anterior ha causado que la nueva “lady” proponga sanciones y castigos a las personas que creen memes. Si bien, esta ya es una exageración, es atacar la libertad de los ciudadanos pero, tengamos presente que está actuando de una manera exagerada ante situaciones también exageradas. Porque como ya se mencionó la fama de estas “ladys” es algo por demás sin sentido. Pero si nos ponemos a pensar las cosas fríamente, este tipo de “fama” que se ganan los anónimos en internet algunas veces va a acompañado de tragedias.

Todos hemos escuchado los casos de niños que dejan de asistir a la escuela por casos de bullying, de adolescentes que se aíslan de la sociedad por ser acosados o exhibidos públicamente. Si bien, esta pena y burla se quedan a nivel local, pero retomando ahora a las “ladys” y demás personajes de internet, esa pena y burla se vuelve de nivel nacional y ello no cae en gracia para la mayoría de las personas y en algunas casos tampoco en las personas que aparecen en esos videos.

Quien grabó y subió a internet esos videos no tenía ni la menor idea de que podría ocasionar. ¿Cómo evitar todo esto? Pues alguien ya tomo la iniciativa y propone cárcel y multas para quien genere estos contenidos, pero la verdad, no es necesario llegar a tanto; simplemente no les demos esa importancia que se les está dando.

Regresemos a esos tiempos en lo que alguien nos contaba un chiste, reíamos y hasta ahí se quedaba el asunto. Sé que en algunos casos son situaciones en verdad graciosas y es inevitable reírse de la desgracia ajena, pero dejémoslo ahí, no los humillemos más ni le demos más atención de la que merece, evitemos volver popular asuntos inútiles, compartámoslo, disfrutémoslo y dejémoslo ahí.

¿Apoco a alguno de ustedes les gustaría que todo México los conociera por algún descuido o tontería que cometieron? Mejor leamos un buen libro o noticias de interés y compartamos eso, cultivémonos y sembremos información.

 

letrasadyhel@outlook.com