Audiencias, reunión con funcionarios estatales, visita a una comunidad, sesión del consejo de urbanismo y, para cerrar el día, un danzón en el zócalo de Chilpancingo.

Así fue un día de la saturada agenda del presidente municipal, Marco Leyva, a quien después de una larga y acelerada jornada de trabajo, aún le quedaron ganas de recorrer el corazón de la ciudad.

El presidente municipal empezó el día con una reunión a las 7 de la mañana, estuvo con miembros de su gabinete en la Sala de Cabildos, definiendo las obras que serán inauguradas la próxima semana y revisando avances de otras.

A las 9 de la mañana ya estaba reunido y desayunando con algunos empresarios, hablando sobre todo de seguridad y de eso que ha remarcado en los últimos días: el trabajo coordinado entre sociedad y gobierno.

Después, casi al medio día, reunión con regidores, dialoga igual con los del PRI, del PRD y demás partidos políticos. Hay varios temas en la agenda del cabildo, el más importante por ahora: el Mando Único, la decisión de aceptarlo o no, deberá ser consensada.

A las 4 de la tarde, cuando el clima era incierto en la capital, una fuerte lluvia caía en Acahuizotla, una de las 47 comunidades de Chilpancingo. Ahí llego el alcalde, se reunió con habitantes en la comisaría, junto a la cancha de basquetbol, donde la gente ya tenía muy claro qué peticiones hacerle. Calles y agua potable. Hubo diálogo y acuerdos. Al final, una barbacoa de pollo con arroz y tortillas a mano, en casa del comisario municipal. La lluvia ya había disminuido.

De regreso al ayuntamiento, otra reunión, con Daniel Pano y Roberto Álvarez, funcionarios del gobierno del estado con quienes ha dado seguimiento a la próxima instalación del Consejo Municipal de Seguridad Pública. Entre reunión y reunión, aprovecha para hacer y recibir llamadas, firmar documentos y dar órdenes de trabajo.

En las oficinas de presidencia, empiezan a juntarse los miembros del Consejo Municipal de Urbanismo para desarrollar su tercera sesión. Ahí, el alcalde propone la creación de un Instituto Municipal de Planeación, para que las obras en la ciudad sean realmente planeadas.

La sesión termina y Marco sigue en el ayuntamiento. Ahora se reúne con unas personas que, sin cita previa, llegaron a buscarlo para pedirle algunos apoyos.

Por fin, sale de las oficinas de presidencia y acompañado por tres de sus funcionarios, se dirige al zócalo. Ahí, en medio de esa tranquilidad que da ver a las familias disfrutar las cosas simples de la vida, Marco Leyva con pasos firmes y enérgicos, se acerca a saludar a señoras, señores, jóvenes, niños, globeros y boleros, sintiéndose orgulloso de su ciudad.

Observa, sonríe, escucha, platica y abraza. Camina por esa parte del zócalo recién embellecido con los trabajos comunitarios. Las fotos surgen de manera espontánea, no posa, no hay medios de comunicación presentes. Se le ve relajado, pero al mismo tiempo motivado, queriendo fomentar eso que está viviendo en el momento: la sana convivencia social.

Algunos se acercan y lo saludan con familiaridad, “¡Qué pasó Marco!”, le dicen. Hay empatía. También lo observan los escépticos, aquellos que han dejado de creer en los políticos y en los gobernantes. O también aquellos que lo ven con timidez, tal vez porque nunca antes habían estado cerca de un alcalde. Al final, él convive con todos.

De manera imprevista, lo invitan a participar en el taller de danzón que en esos momentos transcurre en el zócalo, una de las actividades que organiza la dirección de Cultura del ayuntamiento. Marco acepta y, en medio de las demás parejas, sigue el ritmo y los pasos del tradicional baile cubano. Después de unos breves minutos, agradece y se despide.

Al final del día, Marco se ve concentrado, tal vez planeando, tal vez reflexionando.

Es la primera autoridad del municipio, y no de cualquier municipio. Es el presidente municipal de Chilpancingo, la capital del estado, la capital que concentra la esencia de la vida burocrática de toda la entidad, la capital política de Guerrero. Una ciudad con conflictos pero también con muchas bondades.