Redacción

 

Proclive a no dejar pasar ninguna oportunidad para hacer declaraciones a los medios de comunicación, ayer el fiscal del Estado, Xavier Olea Peláez, evadió hacer comentarios a reporteros que esperaban obtener información sobre la ola de violencia registrada el fin de semana en el estado, particularmente en Acapulco, donde hubo una docena de homicidios.

“Por Dios, que luego les respondo”, dijo un tanto fastidiado el fiscal antes de cruzar a pie la puerta 3 de Casa Guerrero, mientras los reporteros lo bombardeaban con sus preguntas.

Olea Peláez acudió a Casa Guerrero para participar, según trascendió, en una reunión de gabinete que fue encabezada por el gobernador Héctor Astudillo Flores.

Desde que llegó al inmueble, el fiscal pidió a los guardias que vigilan Casa Guerrero que le permitieran acceder a bordo de su vehículo hasta el interior, pero le informaron que no había ninguna instrucción al respecto y no le quedó de otra que bajarse de la unidad blindada e ingresar a pie.

En su trayecto no tuvo más remedio que enfrentar a los reporteros que buscaban su declaración, y aunque no respondió ningún cuestionamiento, antes de entrar al inmueble dijo con tono de fastidio: “por Dios, que luego les respondo”.

 

 

 

 

 

El fiscal general de Guerrero, Javier Olea Peláez evadió los cuestionamientos de la prensa en Chilpancingo respecto a los asesinatos ocurridos en Tixtla y Acapulco durante el fin de semana.

El fiscal asistió este lunes a una reunión encabezada por el gobernador, Héctor Astudillo Flores junto con todo su gabinete en las instalaciones de Casa Guerrero.

Desde su llegada, solicitó a los guardias del lugar que se abriera la puerta 3 para no tener que descender sobre la calle, donde había manifestantes y reporteros.

Sin embargo, el personal de seguridad le dijo que había órdenes de no abrir la puerta a ningún vehículo que no fuese el del gobernador, no dejándole mayor opción al fiscal.

Los reporteros se acercaron a él para cuestionarle de los avances en las investigaciones sobre los tres cadáveres hallados en Tixtla, así como de los más de diez asesinatos ocurridos durante el fin de semana en Acapulco, incluido un ataque a un sitio de taxis que dejó seis muertos.

Durante su avance, hacia la entrada, él no respondió a ninguna pregunta. Sin embargo, los reporteros insistieron y el fiscal expresó: