Temas cotidianos
Por Félix J. López Romero
Acabar con los rezagos para salir adelante
En días pasados el gobernador Héctor Astudillo Flores, dio a conocer lo que se propone hacer su administración, la cual está por cumplir seis meses de haberla iniciado. Le ha tocado encabezar las tareas de mando, en una etapa en donde la violencia organizada se ha acrecentado, teniendo como base la siembra de estupefacientes que aunque combatidos, no logran ser erradicados.
Estos seis meses le han servido al gobernador, estar presente en todas las regiones y municipios de la entidad, llevándole a sus pobladores lo que más requieren para vivir sin tantas angustias, en este tiempo caracterizado por los numerosos delitos cometidos.
Este lapso gubernativo es una oportunidad para Astudillo Flores, de relevar a funcionarios que no han querido o no han podido, ser eficientes en las tareas que les fueron encomendadas. La educación atraviesa días difíciles, por lo que se hace necesario alguien recomponga las cosas; el injustificado para de maestros cetegistas tienen cerradas numerosas escuelas, por lo tanto miles de niños no reciben enseñanza.
El campo guarda un descuido preocupante, porque se le continúa explotando de manera artesanal. Mientas en Sinaloa se cosechan 11 toneladas de maíz por hectárea, aquí apenas llega a 1.5 en la misma extensión territorial. Por otro lado es alto productor de fruta, la que tiene que llevarse a otro lugar, por carecer de fábricas para su beneficio. Mientras carezca de buenas carreteras el desarrollo de la entidad será lento.
Desde hace muchos años es el turismo la principal actividad, siendo Acapulco el más beneficiado porque es el que más se promociona, a pesar de contar con bellísimas playas en las costas Grande y Chica; abrir nuevos polos a los paseantes es una tarea que no debe postergarse. Por otro lado tienen que eficientarse las tareas de seguridad pública, lo que conllevaría a una gradual disminución delincuencial.
En este tramo de seis meses de gobierno, Astudillo Flores ya conoce bien a quienes deben seguir siendo sus colaboradores, substituyendo a todos aquellos que ya se cansaron, en una administración que debe caracterizarse, por la dinámica que se le imprima. Los cambios siempre serán necesarios, en donde ya existe desinterés inyectándole sangre nueva, que vigorizarán las tareas que se llevan a cabo.