* El diputado perredista argumentó en plena tribuna que algunos de compañeros de bancada han antepuesto sus intereses personales por sobre cualquier compromiso social, rindiéndose “a la práctica perniciosa del uso patrimonialista del poder y abuso de su autoridad”.

 

Fernando Hernández

 

De manera sorpresiva, este martes el diputado local Sebastián De la Rosa Peláez renunció a la coordinación de la fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática en el Congreso del Estado, debido a que algunos de sus compañeros de bancada han antepuesto sus intereses personales por sobre cualquier compromiso social, rindiéndose “a la práctica perniciosa del uso patrimonialista del poder y abuso de su autoridad”.

Fue en el último punto de la sesión de este martes cuando el legislador oriundo de Oaxaca subió a tribuna para desde ahí confirmar lo que previo a la sesión era un fuerte rumor. Sin embargo, en ningún momento el legislador señaló a los diputados del PRD que, con cuya actitud que presumiblemente transgredió la legalidad, lo orillaron a tomar tan drástica decisión, y se limitó a hacer señalamientos ambiguos.

“La razón de mi renuncia, como ya lo he explicado, no solo es por demás simple y llana, es también grave: No puedo ser el coordinador de una Fracción Parlamentaria en un Congreso que le ha permitido a un grupo de diputados, reclamar la defensa de sus intereses personales por encima de cualquier compromiso social, de filiación político-partidaria e, incluso, presumiblemente trasgrediendo la legalidad”, dijo.

“Validar o dejar pasar hechos, no es congruente con la naturaleza de mis convicciones personales y de mi formación política. Simple y llanamente no es ético. No puedo representar ni hablar en nombre de quien impunemente usufructúa su condición de diputado o diputada en beneficio personal”, aseguró.

Enseguida De la Rosa Peláez dejó entrever que sus motivos de su renuncia no sólo son de carácter interno en el grupo parlamentario del PRD, porque argumentó que “muy a pesar del esfuerzo de muchas y muchos de nosotros en esta Legislatura, nos damos cuenta que la dinámica interna de este Congreso, no cambia. Arrastra una herencia política obsoleta, y responde, como desde hace 20 años, a vicios estructurales acuñados en la vieja práctica de la política patrimonialista”.

Señaló además que “no es sorpresivo que la percepción del colectivo social redunde permanentemente en que el Congreso se desenvuelve en la opacidad; que en demérito de sus propias atribuciones, no es capaz de rendir cuentas a la sociedad”.

Advirtió entonces que la sociedad guerrerense, “cada vez más crítica, cuestiona el tráfico de influencias y el abuso de poder; prácticas que alimentan el desvío de las responsabilidades institucionales en detrimento del interés general. Esta dinámica ha hecho mella en algunas y algunos diputados de mi fracción, quienes se han rendido a la práctica perniciosa del uso patrimonialista del poder y abuso de su autoridad”, puntualizó el legislador.

Agregó que “esta conducta de la estructura interna del Congreso, que ha prevalecido al margen de toda disposición legal o reglamentaria, impone condiciones que alimentan la corrupción, trasgreden la responsabilidad institucional y generan condiciones de impunidad política y legal”.

Por esa razón, “bajo esta circunstancias”, dijo que “a partir de este momento renuncio al cargo de Coordinador de la Fracción Parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática de esta Sexagésima Primera Legislatura; y consecuentemente al cargo de integrante de la Comisión de Gobierno, como secretario de la misma”.

Enseguida la presidencia de la Mesa Directiva dio por concluida la sesión y los diputados de los diversos partidos políticos evitaron hacer comentarios sobre la inesperada renuncia de De la Rosa Peláez.