Los que no escuchan…

 

Por Felipe Victoria Zepeda

 

Vinieron como siempre a su convención anual los poderosos banqueros a la blindada zona Diamante y quedaron prohibidas las balaceras tan solo mientras ocurre el evento al menos, no sea que se disguste el presidente Peña Nieto y reclame al nuevo gobernador que no han cuajado las estrategias “conjuntas” de seguridad en la entidad.

No ha sido falta de ganas de parte de Héctor Astudillo Flores, sino que el municipio más codiciado pareciera estar en manos de las mañas que dicen compran la policía local para proteger a las gavillas de extorsionadores y cartelitos, que nadie supo ni se atrevió, ni pudo meter en cintura desde abril del 2005, cuando los alcaldes pasaron a ser rehenes de los malosos, ya fueran priístas, perredistas genuinos como López Rosas y Félix Salgado, o simulados como Zeferino Torreblanca, igual parte de coaliciones efímeras como Luis Walton, convergente transformado al Movimiento Ciudadano.

Evodio Velázquez Aguirre, nuevo señor feudal perredista de “aldeapulco” no tenía mucho de donde resultar más eficaz por carecer de trayectoria administrativa; el problema con él es que la gobernabilidad se le desmorona vertiginosamente tras escupirle al cielo de Bucareli, mal aconsejado quizá por su hada madrina, quien lo azuza para iniciar guerritas estériles y se va, dejándolo en la orfandad política partidista, atrapado sin salida.

El imaginario popular cree que un séquito de voraces incapaces alucinó a Evodio Velázquez con reelegirse en la alcaldía para brincar a la gubernatura en 2021; por inmaduros no conciben que la política es un maratón de resistencia, donde lo que más cuenta es la paciencia y la experiencia, y no debe comerse la lumbre a puños ni desbocarse, pero traen demasiada prisa.

Se nota que nunca les platicaron el cuento de la tortuga y la liebre, ni les enseñaron el dicho napoleónico que dice: “despacio que voy de prisa”; de muy poco le servirá comprar lisonjas y adulaciones rastreras en medios y las redes sociales, pues la gente del pueblo –la que vota en las elecciones— distingue perfectamente entre la realidad que padecemos y las farsas virtuales que magnifican la cuestionable labor de un ídolo con pies de barro, como todos los políticos, grandilocuentes la mayoría y fantasiosos algunos, que se comen la lumbre a puños.

En fin, allá el actual presidente municipal si no se da cuenta de que los demás sí nos damos cuenta de todo y se encierra a no escuchar opiniones ajenas y críticas constructivas.

Nadie le asegura terminar con bien su trienio, ni siquiera completarlo, porque sorpresas tiene la vida y así como en Guerrero es costumbre tumbar gobernadores, también es fácil que los presidentes municipales se tropiecen hasta con su lengua, o se les caiga el teatro por culpa de los subordinados cuando les caen en la maroma.

Nadie quiere al mágico Aldeapulco transformado en Mafiapulco, donde solamente les preocupe el bienestar de los turistas durante su estancia corta y se desentiendan de los residentes lugareños; no sea que la alfombra roja para visitantes la expriman y escurra sangre.

En Chilpancingo ya comenzaron los linchamientos contra delincuentes comunes y aquí no creemos que falte mucho para que se desborde la paciencia popular, como reacción al miedo que infunden las rivalidades delincuenciales y ajustes de cuentas entre malandrines, la gente sabe que con su policía municipal no cuenta.

En Chilpancingo ya comenzaron los brotes de linchamientos contra malandrines y algo urge hacer.

-¡Tilín, tilín!- Suena la campanita escolar.

-Maestra Pizarrina, ¿es bueno que vengan cada año los banqueros?

-Miren chamacos, la verdad a mí ni fu ni fa; tengo muy malas referencias personales por el poco cuidado que tienen con el manejo de cheques con firmas falsificadas y cuando clonan las tarjetas, para todo nos mandan a la Condusef, donde a veces solo se pierde tiempo y hacemos corajes.

-Dicen que mientras los bancos tengan como excusas que su personal de cajas no es perito en grafoscopía y caligrafía, lo “caído, caído”, si no avisan las víctimas de antemano que les clonaron la tarjeta o la servidumbre se robó cheques.

-Pero por lo menos deberían mostrar el video para ver si reconocemos a quien hubiera cobrado el cheque o hecho el retiro en el cajero automático, no que hasta para eso se hacen guajes para que se canse una y de por perdido lo que le estafaron, al cabo el banco nunca pierde.

-¿Qué piensa de los lichamientos, teacher?

– Cuando el entorno se comienza a volver insufrible es difícil andar de buen humor, ya ni con tranquilidad puede una irse de compras.

-No exageres maestra, eso pasa dondequiera.

-A ver, quiero ver que las esposas de políticos vayan solitas sin escolta de compras o se transporten en taxis o la colectiva, o que su chamaquitos vengan a pie a la escuela, para ver si pueden dormir tranquilitos.

-Ni gaste saliva que no le han de hacer caso.

-¿Entonces solamente les preocupa lo que puedan decir los turistas?

-Aquí nos tocó vivir profesora, ustedes los electores tienen mucha  culpa de la clase de gobernantes que hay.

-¡Shhh… cábrense cayones!