* El fiscal y el secretario de Seguridad Pública callan ante cuestionamientos sobre temas de interés públicos que son de su competencia

 

Jesús Saavedra

 

Ni el fiscal, Xavier Olea Peláez, ni el secretario de Seguridad, Pedro Almazán Cervantes, quisieron hacer declaraciones en torno a la aparición de un grupo armado de La Familia Michoacana en Apaxtla, y menos por los ataques a balazos que se han registrado en las últimas horas contra sitios de taxis en Acapulco.

Olea Peláez incluso adelantó que por el momento se abstendrá de dar declaraciones a los medios de comunicación y toda información oficial de la Fiscalía se generará a través de comunicados de prensa.

De esa manera, el funcionario decidió guardar silencio luego de su desliz verbal la semana pasada en una reunión del Grupo Aca, donde recriminó al Ejército que solo haga operativos en la franja costera y no lo haga en las colonias de la periferia del puerto.

Eso le valió una respuesta del propio Ejército a través de un comunicado de la Novena Región Militar e inclusive el deslinde del gobernador Héctor Astudillo Flores, lo que provocó que Olea Peláez se desdijera de sus dichos en un comunicado.

Este lunes, al concluir el homenaje que encabezó el gobernador Astudillo Flores en palacio de gobierno, el fiscal no quiso dar declaraciones primero en torno a la actuación impune de un grupo armado y con uniforme militar en Apaxtla. “No voy a declarar nada, será en un comunicado de prensa el que ustedes conozcan”, precisó.

Aunque se le cuestionó si había una averiguación previa por esos hechos, Olea Muñoz reiteró: “no voy a contestar nada, con todo respeto, muchas gracias”.

Entonces los reporteros le preguntaron si su silencio se debía a las repercusiones de sus declaraciones ante los socios del Grupo Aca y si  le habían prohibido hablar con los medios, a lo que el fiscal respondió: “no, no me han prohibido nada, pero no voy a hablar, no voy a hablar, no tengo ninguna indicación; tengo comunicación diario con el gobernador”, expresó.

Insistió que no le han prohibido hablar luego de sus declaraciones que restaron importancia a las acciones de seguridad que hace el Ejército en Acapulco. “No me han dicho absolutamente nada”, dijo mientras se dirigía a su camioneta estacionada afuera de palacio y con un asistente que trató de impedir hacerle preguntas al funcionario público.

Otro que también guardó silencio fue el secretario de Seguridad Pública, Pedro Almazán Cervantes, “no tengo nada que decirles por el momento”, contestó a los reporteros, y se fue a su oficina al concluir el homenaje en palacio.