El Plan de Ayutla

 

Por Chanssonier

 

Tres han sido los movimientos sociales que ha vivido el país, en su vida para encontrar su histórico destino, siendo la independencia, la reforma y la revolución; el segundo encabezado por el general Juan Álvarez Hurtado, fue expedido el primero de marzo de 1854, teniendo como único fin echar del poder al general Antonio López de Santa Anna, quien se había adueñado del destino nacional, a pesar del grave daño ocasionado al entregar a los Estados Unidos más de la mitad del territorio en 1848.

Para poner un hasta aquí a quien entraba y salía de la presidencia, según sus propios intereses, ya que había gobernado a la nación en 11 ocasiones, un grupo de patriotas encabezados por el general Álvarez y el también militar Ignacio Comonfort, se reunieron en la hacienda La Providencia, propiedad del primero, para redactar un documento exigiendo la salida del mandatario.

Fue en el pueblo de Ayutla, en la Costa Chica, en donde el coronel Florencio Villarreal dio a conocer el documento, conocido como Plan de Ayutla, en el que exigía la salida del mandatario por los muchos daños que había ocasionado a la nación; el agudo poeta Guillermo Prieto sobre la pretensión del mandatario, escribió un verso que dice: “Santa Anna quiere corona/, se la haremos de hojalata/, porque la corona de oro/ le va a costar la otra pata.

Cuando el presidente conoció el plan para su derrocamiento, ordenó que un bien equipado ejército marchara al sur, para darle un escarmiento a los alzados. El combate se escenificó en la Cuesta del Peregrino; al mirarse superadas las fuerzas oficiales retornaron a la capital del país, ordenando repicaran las campanas de todas las iglesias, para hacer creer a la población habían derrotado a las fuerzas alvariztas. Días más tarde el presidente huyó con destino a Cuba, haciéndolo por una puerta trasera del palacio nacional.

Triunfante el Plan de Ayutla, el general Álvarez fue elegido presidente de la república, en el curso de una convención que se realizó en Cuernavaca. Fueron escasos meses los que estuvo al frente del ejecutivo nacional; sin embargo ese tiempo le sirvió para sentar las bases, para que en 1857 el país tuviera una nueva constitución, acorde a los tiempos que se vivían y más allá de ellos.

 

Juran el Plan de Iguala

El pasado 24 de febrero el homenaje al Día de la Bandera, tuvo una apoteótica celebración asistiendo al evento e Iguala, el presidente de la república Enrique Peña Nieto, a quien acompañó el gobernador del estado Héctor Astudillo.

Tanto las tropas del general Guerrero, como las que encabezaba el realista Agustín de Iturbide, arribaron con sus ropas de combate, acordando el 2 de marzo del mismo año la confección de uniforme, naciendo de tal manera el Ejército Trigarante, el cual hizo su entrada a la ciudad de México el 27 de septiembre, siendo aclamado a su paso yendo a la cabeza Iturbide, cuyas ansias por el poder jamás ocultó. Guerrero fue ajeno a ese frenesí prefiriendo retornar a su amada tierra del sur.

Al llegar al edificio del ayuntamiento, Iturbide recibió las llaves de la ciudad de manos del alcalde José Ignacio Armachea, estando presente en la ceremonia el último virrey de España, don Juan O´Donojú.