* La mayoría de las personas que abandonan sus comunidades por problemas de inseguridad son de Tierra Caliente, dice el secretario de Gobierno

 

Ana Lilia Torres

 

ACAPULCO.— Aproximadamente 600 personas han sido desplazadas de sus hogares por la violencia, sobre todo de comunidades de la región de la Tierra Caliente, por ser una zona con mayores problemas de inseguridad, informó el secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame.

Abordado en este puerto, el funcionario estatal indicó que se trata de personas que salen de sus comunidades por temor a ser víctimas de los delincuentes, pero que en algún momento deciden regresar y el gobierno del estado les brinda el apoyo para reinstalarse en sus lugares de origen.

El funcionario estatal citó que ante el problema que representan los grupos desplazados por los problemas de violencia que se registran en diferentes regiones del estado, el gobierno estatal está instrumentando un programa para brindarles proyectos productivos y mantenerlos a buen resguardo, sin que corran riesgos en su integridad física y bienes.

Salazar Adame dijo que cuando surgen problemas de alguna expulsión de grupos de las comunidades afectadas por la violencia, en estos casos existe un protocolo y “se emite una tutela de derechos humanos, la acoge el gobierno del estado y se les da la cobertura que les comento”.

El gobierno del estado les brinda hospedaje provisional para que esperen a que existan condiciones de regresar a sus hogares, pero en la mayoría de los casos ya no quieren volver, sino que quieren irse del estado, agregó el funcionario estatal.

Con el fin de garantizar su seguridad, el gobierno del estado mantiene secrecía sobre los lugares donde se encuentran los desplazados, muchos de los cuales tienen temor por los acontecimientos que han vivido en sus lugares de origen.

“Nosotros no podemos decir cómo están, ni cómo se llaman, precisamente porque salen a consecuencia de la violencia; ellos temen al ser identificados o ubicados, las familias que aún conservan en las comunidades pueden ser objeto de un acto represivo”, indicó Salazar Adame.

Mencionó que para el gobierno estatal lo ideal sería que no existieran problemas de grupos desplazados a causa de la violencia, porque esto repercute en otros fenómenos, como la deserción escolar, trabajo, hogares y familias, de tal suerte que se trabaja en programas para abatir la criminalidad, desde varios enfoques, como la inclusión social.