El industrial Francisco Herrera

 

Por Chanssonier

 

Hasta antes de 1935 era todo un privilegio saborear una nieve, porque no existía una fábrica para su elaboración. Quienes se dedicaban a esta actividad, como el señor Timoteo Polito, tenían que encaminarse noche tras noche, con destino al punto denominado El Hielar para obtenerlo. En grandes mantas ahuladas tiraba el agua que llevaban en latas bien selladas; el frío de la noche convertía lo líquido en sólido, regresando con sus bestias cargadas de hielo.

Esta forma de hacer las cosas finalizó, cuando el señor Francisco Herrera Ávila, originario de Chilapa, instaló en este lugar una planta para fabricar hielo; como el alumbrado público era escaso, incapaz de ofrecer un servicio eficiente para ese fin, el señor Herrera Ávila instaló motores, tanto para la fabricación del hielo, como para la molienda de nixtamal, sacando a numerosas mujeres de la tarea de prepararlo de manera diaria.

Don Francisco instaló su maquinaria, en la esquina de las calles de Morelos y Teófilo Olea y Leyva, antes Victoria, en donde tuvo su domicilio ya que el predio era de buena extensión territorial. Tanto la hielera como el molino, quedó bajo la responsabilidad del señor Melesio Lobato.

Conforme la ciudad fue creciendo nacieron otras fábricas hieleras; además muchas familias adquirieron refrigeradores, al poco de entrar en servicio la planta hidroeléctrica de Colotlipa.

Después de un medio siglo de estar en operación, tanto la hielera como el molino de nixtamal, el señor Herrera Ávila determinó el cierre de sus negocios. Este progresista hombre también tocó las puertas de la política, siendo diputado por Chilapa. Falleció en 1987 en esta ciudad.

 

“El Refugio” de Nato Morales

 

Esta ciudad a través de su larga vida, ha tenido lugares para el esparcimiento masculino, contándose entre éstos la cantina “El Refugio”, la que atendía esmeradamente su propietario, el señor Fortunato Morales Rodríguez, la que por espacio de un medio siglo calmó la sed de su extensa clientela. En su juventud Nato, a quien así se le llamaba mayoritariamente, fue empleado del gobierno del estado, siendo la política la que le cambió su destino.

En 1940 se disputaban la presidencia de la república, el general Manuel Ávila Camacho, quien contaba con el respaldo oficial; su adversario era el también general Juan Andrew Almazán, originario de este suelo. Cierto día Nato y sus amigos Jesús Flores Casarrubias y Francisco Bello, colocaban propaganda a favor de Almazán, cuando fueron detenidos por un piquete de soldados, quienes los trasladaron a la ciudad de Iguala, en donde serían fusilados por simpatizar de dicho y hecho con Almazán; debido a la presión popular los tres lograron la libertad.

Al encontrarse sin empleo Nato estableció una cantina, la que ubicó en la céntrica calle Guerrero; debido al cordial trató a sus clientes fue la preferida de muchos. Años más adelante su negocio lo trasladó a Corregidora y Rayón, para finalmente reinstalarlo en la calle 5 de Mayo, en donde después de medio siglo de servicio cerró sus puertas. Nato Morales falleció hace algunos años de manera física, porque su recuerdo perdura por el amable trato que siempre ofreció a su nutrida clientela.