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CAPAMA EN BANCARROTA… Conocida anteriormente como la “caja chica” del gobierno municipal y la agencia de colocación para saldar compromisos con personajes políticos, la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (Capama) no es la sombra de lo que una vez fue.

Hoy este organismo se encuentra hundido en la peor crisis financiera de su historia, producto de una nómina obesa, la corrupción y una infraestructura obsoleta que no permite dar un servicio adecuado a la mayor parte de la ciudadanía.

Actualmente, la paramunicipal se encuentra en números rojos y con una abultada deuda, cuantificada en 300 millones de pesos, de los cuales le debe 150 millones a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Independientemente de las altas sumas que debe pagar mes con mes a la CFE y a extrabajadores que la han demandado, el organismo tiene que cumplir con una nómina demasiado elevada, que le representa un gasto de 18 millones de pesos mensuales.

A pesar de estar en bancarrota, muchos de los funcionarios de la Capama se fijan elevados emolumentos, que contrastan con los sueldos raquíticos que perciben los trabajadores más humildes, que trabajan en las alcantarillas o reparando vetustas tuberías.

En su angustiosa búsqueda de encontrar una salida y allegarse recursos, las autoridades municipales idearon en la pasada administración implementar el cobro anticipado por consumo, para que los usuarios paguen en una sola exhibición todo un año.

Este sistema se ha convertido en un fraude, puesto que los usuarios que llegan a pagar todo el año de consumo de agua potable, muchas veces pasan semanas y hasta meses sin recibir una gota del vital líquido que ya pagaron.

Muchos acapulqueños cayeron en el garlito de que pagando todo el año el consumo de agua se ahorrarían tiempo haciendo largas y cansadas filas que se forman cada mes en las oficinas de Capama, pero a medida que transcurren los días, se dan cuenta de que eso no les garantiza tener un servicio regular en sus viviendas.

El gozo se fue al pozo, ya que sigue habiendo muchas colonias, sobre todas las de las partes altas del anfiteatro que pasan días, semanas, meses e incluso años sin recibir el servicio de agua potable, a pesar de haber pagado por anticipado.

Hasta ahora ninguno de los alcaldes ha podido subsanar la crisis de Capama, organismo que se ha convertido en un dolor de cabeza para cada administración municipal.

Ante esta situación, el gobierno de Evodio Velázquez Aguirre declaró recientemente que se han hecho cambios al interior del organismo, pero que para sanearla se requieren por lo menos 600 millones de pesos, que nadie sabe de dónde podrían obtenerse. Mientras, la gente sigue esperando que el agua llegue a sus hogares.