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GUANTE BLANCO… “La mejor victoria es vencer sin combatir”, refiere el estratega militar Sun Tzu en su libro “El Arte de la Guerra”.

En medio de una crisis política que terminó convirtiéndose más bien en chisme de lavadero, con el exalcalde Luis Walton Aburto y sus lacayos en el papel principal, el presidente municipal de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre dio muestras de entereza y de paso dejó muy mal parados a sus detractores.

Con un despliegue de intensa actividad propia de un gobernante impetuoso como lo es él, y apoyado por un equipo de trabajo comprometido, el alcalde porteño propinó tremenda cachetada con guante blanco a quienes quisieran verlo derrotado.

Está demostrado que no hay mejor termómetro para medir los niveles de aceptación de la sociedad que salir a la calle y palpar de manera personal el sentimiento que prevalece entre la gente, el ama de casa, el padre de familia, el profesionista, los liderazgos, los niños incluso.

Eso es justamente lo que hizo Evodio Velázquez y que tiene enmuinados a la pléyade de anaranjados que no soportan constatar que lejos de afectar la imagen del novel gobernante, su popularidad no solamente se mantiene intacta sino que cada día se acrecienta, causando tal vez el mismo efecto que sufre la bruja en el conocido cuento de La Cenicienta.

Una prueba palpable fue lo ocurrido apenas este fin de semana en la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, en donde el presidente municipal recibió incluso la felicitación y el reconocimiento de una destacada lideresa natural de arraigada militancia priista, por las mejoras que ha llevado el nuevo gobierno municipal a ese núcleo poblacional.

Apenas este domingo, Velázquez Aguirre volvió a tener una respuesta positiva de los ciudadanos, en una carrera de resistencia, donde con su esposa, Perla Edith Martínez y sus hijos, convivieron de cerca con familias acapulqueñas.

Ante los dimes y diretes de los naranjas, que no se han cansado de criticarlo por tener mandos policiacos sin certificar, llegando el diputado Ricardo Mejía Berdeja incluso a relacionarlo con actividades ilícitas, el alcalde porteño tranquilamente dijo que su gobierno seguirá trabajando sin parar, con hechos y no con palabras.

Así, con hechos más que con declaraciones sin sentido o acusaciones sin fundamento es como deben enfrentar las adversidades, sobre todo las derivadas de grupos perversos nostálgicos del poder que cuando tuvieron la oportunidad, como fieles magdalenas no hicieron más que lamentarse y, literalmente, llorar.