Por Chanssonier

 

Enseguida de lograda la independencia los próceres insurgentes, miraron la necesidad de buscar un modelo político diferente al de la colonia, el que era dirigido desde España, sin que nadie más interviniera en su composición electoral; de tal manera se buscó que las provincias se convirtieran en estado, como sucedió con la intendencia de México, la cual era territorialmente grande, por lo cual no podía atender el extenso territorio que abarcaba, que era ni más ni menos que la parte central del país. En consecuencia los problemas de estas tierras tenían que resolverse en el estado de México de donde dependía.

Ante tal circunstancia el general Nicolás Bravo, antiguo jefe insurgente, se dirigió al presidente de la República, general Manuel Gómez Pedraza un viejo realista, pidiéndole en 1833 la creación del departamento de Acapulco, que pertenecía al vasto estado de México; su petición fue rechazada. Más adelante en 1843 en unión ahora del general Juan Alvarez Hurtado, volvió a elevar la misma solicitud la que una vez más fue desoída, hasta que finalmente en 1849 siendo presidente el general José Joaquín de Herrera fue creado el estado de Guerrero, con porciones territoriales de Puebla, México y Michoacán.

Para darle formalidad jurídica el nuevo estado del país, el 28 de noviembre de 1849, mediante el decreto 3359 el Congreso federal convocó a elecciones para diputados constituyentes, las que se llevaron a cabo los días 5 y 6 de enero de 1850. La falta de caminos complicó el proceso porque algunos aspirantes a una diputación no pudieron realizar tan fatigante jornada, otorgando poderes para que otras personas los representaran ante el electorado.

Los diputados constituyentes al Congreso del estado fueron los siguientes: general Nicolás Bravo Rueda, Diego Alvarez Benítez, Juan José Calleja, José María Añorve de Salas, Félix María Leyva, Ignacio Castañón, Miguel Ibarra, Ignacio Cid del Prado, Eugenio Vargas, Tomás Gómez y José María Cervantes. Como suplentes: Manuel Gómez Daza, Antonio Cano, Carlos Bravo, Miguel Quiñonez, Mariano Herrera, Agustín M. Patiño, Juan Bautista Solís, Isidro Román, Luis Guillemaud, José Sierra e Ignacio Zamora.

El Congreso se instaló el 31 de enero de 1850 en Iguala, capital accidental del nuevo estado. Enseguida de estar legalmente constituida la Cámara de Diputados, su presidente general Nicolás Bravo pidió permiso para dejar su alta responsabilidad, sustituyéndolo el general Diego Alvarez Benítez. El 12 de marzo de 1850, los congresistas aprobaron la división territorial del estado, la que fue de 9 distritos electorales; más adelante, el 6 de octubre de 1851, se decretó la primera ley electoral del estado, lo que se hizo en la ciudad de Tixtla que había sustituido a Iguala como capital estatal. El 20 de junio de 1851 se creó la primera Constitución Política del Estado, la cual se juró también en Tixtla. En 1870 por problemas ente el general Vicente Jiménez Bello, con el gobernador general Francisco O. Arce, Tixtla dejó de ser la capital estatal, siéndolo desde entonces Chilpancingo, población que fue declarada en forma definitiva, sede de los poderes estatales.

Hasta el momento no ha habido nadie que tenga documentada la vida del Congreso; existen escasas publicaciones que han dado a conocer de detalles históricos de su funcionamiento, pero nadie lo ha hecho con la profundidad que se requiere para tener una idea exacta de la contribución que ha prestado para el desarrollo político de la entidad.