* CNTE: epílogo de una anunciada lucha perdida

* CETEG: la violencia como último recurso

* SEP debe otorgar salidas a grupos disidentes

 

JORGE VALDEZ REYCEN

 

La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) con sede en la otrora poderosa Sección 22 de Oaxaca y sus filiales CETEG en Guerrero, Chiapas y Michoacán, podrían haber legitimado con sus acciones violentas y de franco rechazo a la Reforma Educativa que la SEP retomara el control delegado a gobiernos de entidades federativas, donde los gobernadores habrían “administrado” los conflictos para evitar estallidos en los últimos cuatro lustros.

Aurelio Nuño Mayer en su obsesiva misión de llevar hasta sus últimas consecuencias la aplicación y ejecución de la Reforma Educativa, ahora deberá ofrecer salidas y alcanzar acuerdos con el sector magisterial disidente, violento y recalcitrante, como lo habría logrado a medias Luis Enrique Miranda, el subsecretario de Gobernación cercano al presidente.

Una vez alcanzados los resultados de aplicar la evaluación docente –requisito para confirmar que no hay maestros en las filas disidentes, sino activistas proclives a la anarquía— la SEP tiene que ubicar, identificar y cesar a quienes no acreditan su presencia en la nómina como docentes. Ese es el paso concluyente y razonadamente lógico de que aquellos que sí se acogieron al examen son maestros, pero tienen un adoctrinamiento opositor antisistémico que han entreverado con su función de la docencia.

Y es que la CNTE nunca fue capaz de organizar una opción sindicalista al SNTE en los 25 años de férreo dominio de Elba Esther Gordillo Morales. Se conformaron con las dádivas y canonjías que les ofrecía bajo la mesa. La Reforma Educativa vino a descabezar esas ínsulas de poder enquistadas, que provocaban una esclerosis en la aplicación de planes de estudio y niveles alarmantes de aprovechamiento en educación básica.

La descentralización de los servicios educativos que impulsó la SEP en los 80’s fue endosar a los gobiernos estatales las bombas de tiempo de un sistema educativo en manos del liderazgo de la maestra Elba Esther y sus aliados. La SEP eludió su responsabilidad y los gobernadores recibieron grandes carretadas de dinero que se tradujeron en corrupción, con la venta de plazas como si éstas fueran placas de taxis.

Desde la comodidad administrativa, la SEP encogió de hombros y miró a los gobernadores “administrar” los conflictos cada vez más álgidos. Ya no podía dar marcha atrás a su proceso descentralizador, que fue un salto al vacío.

Nuño Mayer diseñó la Reforma Educativa que viene a enderezar el entuerto, dinamizar y modernizar la educación, pero también a acotar el imperio de Elba Esther –ya anulado— y  de los disidentes que eran juez y parte de un “autogobierno”, sobre todo en Oaxaca, donde era prácticamente imposible arrancar el control de la sección 22. Y se logró incruento, salvo aislados casos.

¿Por qué se recrudeció en el sur-sureste y no en el norte? Por el papel pasivo, permisivo, tolerante y hasta cómplice de gobernadores que no quisieron enfrentar la guillotina sobre sus cabezas si se les salía de control esa disidencia, pero sobre todo el malhumor de la maestra Gordillo.

Nuño tiene que ofrecer salidas a la CNTE y sus filiales radicales, pero en el marco legal y sin avasallar a gobernadores que ya pueden operar de otra manera, con estrategia y mayores recursos. Iniciar la etapa de cicatrización, aunada al plan incluyente de convencer y disuadir que en la Reforma caben todos los actores que inciden en la educación con calidad y eficiencia.

Despojarse de actitudes arrogantes y soberbias que alejarían acuerdos, es lo inmediato. El epílogo de la CNTE a una anunciada lucha perdida se debe escribir con una nueva asignatura de compromisos y deberes con la docencia, en primer término, luego en la corresponsabilidad de administrar la estructura educativa saneada y sin vicios.

Quizá eso esperan los líderes como Rubén Núñez y Ramos Reyes, entre otros, y no el cumplimiento de órdenes de aprehensión que polarizarían y darían tiempo extra a la revuelta de los mártires. La nobleza de Nuño puede ser artífice final de una lucha donde no haya ganadores ni vencidos… Nos leemos mañana, SIN MEDIAS TINTAS.