Noé Mondragón Norato
Apelar a Dios
Política y religión parecían condenadas históricamente, a caminar separadas. Bajo la premisa bíblica de “lo que es de Dios a Dios y lo que es del César al César”, se marcaron límites desde que por primera vez, se intentó unirlas. Los hombres en el poder respiraron aliviados. La religión no interferiría en sus planes expansivos. Ni en cómo aplicar sus políticas públicas a sus gobernados. Pero esto progresivamente, ha cambiado. La violencia y la inseguridad que ha dejado como saldo miles de muertos, replanteó de algún modo, esta relación. Se dejó ver con mucha claridad en la llamada Marcha por la Paz, que el sábado pasado se realizó en Acapulco. Y que convocó no solo a destacados miembros de la Iglesia Católica y a numerosas familias porteñas, sino a prominentes miembros de la política local.
ENCOMENDARSE A DIOS.- Ante la imparable ola de violencia que sacude a toda la entidad y Acapulco en particular, la práctica política ha fracasado. No solo por la torcida y dinerera aplicación de las Leyes –que se venden al mejor postor—, sino porque esa situación abrió paso natural a la impunidad, convertida a su vez, en perversa cultura. Y sin ser combatida desde el poder. Ante esta deprimente y terrible situación, los políticos han regresado la vista hacia el último refugio que evalúan, les ayudaría a rescatar cierta credibilidad: la religión. Y de esta forma, los extremos que en algún tiempo fueron condenados y satanizados, terminaron juntándose. Los hechos son tercos al respecto: 1.-“Pido a Dios perdón por todo lo que ha sucedido en nuestro estado en el pasado, y que nos ayude a cambiar todo lo que no sea de él, que nos conceda la paz y el orden social de nuestra patria”. Con estas palabras, el secretario general de Gobierno de la actual administración estatal tricolor, Florencio Salazar Adame, consagró ante el catolicismo, al gobierno del Estado. Reconoció con ello, la propia incapacidad acumulada de las autoridades estatales para combatir el delito. Y solicitó la ayuda del poderoso divino, para que les enmiende la plana. Pero el escenario social violento y perturbado, se combate con acciones. Cuatro destacan: una estrategia de seguridad inteligente de corto, mediano y largo plazo; leyes modernas para ser aplicadas a la coyuntura social insegura y violenta; policías, jueces y ministerios públicos incorruptibles; y estrategias financieras orientadas a detectar en los bancos el lavado de dinero, que nutre a la delincuencia organizada. Sin voluntad política para atacar esos cuatro puntos, difícilmente podrá combatirse este flagelo que ya puso en jaque a gobiernos y políticos. Los cuales apelan hoy la ayuda divina para solucionar un problema que es producto de los acciones de los hombres terrenales. 2.- La violencia en Acapulco no puede frenarse. Es de todos los días. El puerto se tornó incluso, más inseguro que Ciudad Juárez. Por eso Daniel Meza Loeza, el secretario General del Ayuntamiento de ese puerto, en nombre del alcalde perredista, Evodio Velázquez Aguirre, y acompañado del diputado local Eduardo Cueva Ruiz, también consagraron y pidieron perdón por “todo lo que ha sucedido en el estado y en el municipio”. ¿A quién le imploraron perdón? ¿A Dios o a los ciudadanos y familias que han padecido la violencia? Si es así, ¿por qué hacerlo cuando se maneja como autoridad, una agenda política y financiera orientada a aplicarla para resguardar en su seguridad a los ciudadanos, no a pedirles perdón producto de sus propios errores? Y de su inmovilidad para actuar. Es parecido a cuando el asesino mata, y luego regresa a pedir perdón a la familia de su víctima. Con el agravante de que el perdón no borra el olvido. Se puede castigar y después, perdonar a quienes desaparecieron a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, pero es un evento que no se puede olvidar. El perdón es divino, no terrenal. De ahí es donde deben partir los políticos para mostrar resultados.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Interesante exhorto al presidente Peña Nieto, hizo el diputado local calentano, Isidro Duarte Cabrera. Y es que la Secretaría de Hacienda y la de Ganadería, Agricultura, Pesca y Alimentación, no han pagado el Seguro Catastrófico de mayo y junio a los agricultores calentanos que fueron afectados en sus cosechas y ganado, por la pasada sequía atípica. Con ello, el diputado perredista se pone el traje de la gestoría en favor de sus representados. Y le suma importantes puntos a su carrera política.