Fundación de Chilpancingo

 

Por Chanssonier

 

De acuerdo a la tradición oral Chilpancingo fue fundado el primero de noviembre de 1591, habiéndolo llevado a cabo cuatro familias cuyos apellidos eran Adame, Alarcón, Leyva y Guevara. En el curso del gobierno encabezados por José Francisco Ruiz Massieu, envió a España a dos historiadores, para localizar la cédula real mediante la cual se le dio vida; luego de hurgar en el Archivo de Indias donde podría estar tan valioso documento, resultó su viaje infructuoso.

La primera noticia que se tiene de este lugar, se debe al alférez de la corona española Diego de Ordaz, quien al viajar en 1571 de Acapulco a Zumpango de las Minas, miró algunas chozas de las que salía humo; enseguida el soldado Antonio Burgos platicó con algunos nativos, quienes les ofrecieron tortugas asadas, las que habían sacado del río Huacapa.

Construidas un grupo de casas, en el año de 1603, el virreinato concedió cuatro “caballerías” a Martín Sánchez, para que las aprovechara para tareas agrícolas, dándole buen pasto a un grupo de sus vaquillas. Seguramente el poblado tuvo un rápido crecimiento, porque el primero de diciembre de 1636, el virrey don Diego López de Armendáriz, marqués de Cadereyta, le otorgó su fundo legal, en tanto el 4 de agosto de 1643, el también virrey García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra, le otorgó el título de pueblo.

Fue oficialmente en 1762 al hacerse una traza urbana definitiva, que el pueblo fue dividido en 4 barrios, los que ya llevaban los nombres de San Francisco, San Mateo, Santa Cruz y San Antonio; la traza la llevó a cabo el capitán Fernando de Monserrat, sobrino el virrey Joaquín de Monserrat, marqués de Cruillas. Si Chilpancingo había logrado un buen desarrollo, se hizo más notable cuando este virrey canceló el camino de Tepecoacuilco a Petaquillas, no pasando más por Tixtla lo que le ocasionó su desplome comercial.

En 1813 Chilpancingo vivía de manera apacible como si nada se moviera; en ese año las fuerzas insurgentes al mando del cura don José María Morelos y Pavón, finalmente lograron que en Acapulco el castillo de San Diego cayera en su poder. Enseguida de esa notable victoria sobre las fuerzas realistas, anunció tenía entre sus planes darle a la lucha por la libertad un marco jurídico, por lo cual convocó en aquella pequeña población a un congreso, el que se encargaría de ofrecérselo.

Antes de llegar a su destino, vecinos del pueblo de Mazatlán lo recibieron con regocijo. Para darle al evento la debida solemnidad, el 8 de septiembre de 1813 le dio a Chilpancingo el rango de ciudad, en tanto las sesiones del congreso dieron inicio el día 13 con una misa en la iglesia de la Asunción, en tanto las sesiones empezaron un día después, en una amplia casa propiedad de la señora María de Jesús Nava. El señor Morelos designó al señor Ignacio Ayala, como intendente corredor (alcalde), de este lugar.

Veinte años más tarde el general Nicolás Bravo, en compañía del también general Juan Álvarez, organizaron una reunión para crear el departamento de Acapulco, que no pudo lograrse. Eregido el estado de Guerrero en 1849, se le dio por capital a Tixtla la que se cambió aquí en 1870, por diferencias entre el gobernador Diego Álvarez Benítez, con el general Vicente Jiménez Bello. Esto originó arribara como nuevo mandatario el general Francisco O. Arce.

La última jornada bélica habida en este lugar, se efectuó el 2 de mayo de 1919, cuando el vecindario provocó la huida de los zapatistas, quienes querían escarmentarla por el encarcelamiento del general Silvestre G. Mariscal. Actualmente este lugar se caracteriza por su sorprendente desarrollo, así como por su clima alabado por el barón Alejandro de Humboldt, reconocido hombre de ciencia que estuvo en este lugar.